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Una mujer, un país

Una nana, o una canción de amor rompen el silencio en el valle y la montaña, allí en Segundo Frente, en el Mausoleo donde reposan sus cenizas, donde no hay fin, sino principio de una vida. Su voz es como ella misma: cristalina, dulce, emotiva… resulta imposible entonces contener las emociones y las evocaciones por Vilma Espín Guillois, tan tierna como corajuda

En este 23 de agosto, aniversario 64 de la Federación de Mujeres Cubanas, Vilma se multiplica en las cubanas que aprendimos de ella a se vencedoras de imposibles. Foto: Archivo

Te la imaginas de pequeña, andando por las calles de su Santiago de Cuba natal, alistándose para sus clases de piano o de ballet, jugando con sus hermanas, creciendo en un contexto familiar colmado de posibilidades económicas que desencadenan las interrogantes:

¿Qué necesidad tenía esa muchacha de enrolarse en un movimiento clandestino para enfrentarse una dictadura y sus sicarios? ¿Por qué irse a la Sierra, coger un arma, alistarse en el Ejército Rebelde, arriesgar la vida en una lucha que muchos asumieron como locura?

La respuesta es una, y Vilma la dio con hechos más que con palabras, a la usanza de otro santiaguero de talla extra: La Patria ante todo.

Se comprenden entonces las actitudes de la grácil jovencita, su presencia en las marchas contra la dictadura de Batista,  en los tiempos de estudiante de Ingeniería Química en la Universidad de Oriente, su amistad con Frank País, líder nacional del Movimiento 26 de Julio, su membrecía en dicho grupo de lucha clandestina, su participación en las acciones del levantamiento armado de Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, su partida hacia las montañas de la Sierra Maestra para convertirse en guerrillera…

Tiempo de lucha y de amor el que vivió esta mujer en el Segundo Frente que fundó junto a Raúl Castro Ruz, el hombre que le conquistó el corazón y le desató las pasiones con aroma a flor de cafeto, convertidas luego en ligazón inquebrantable pactada en una boda rebelde que a la luz de los años germinó en cuatro hijos que supo criar sin dejar de hacer por la Cuba que renacía al influjo de la Revolución triunfante.

Ella misma fue ejemplo de mujer, de cubana vencedora de imposibles, templada al fuego de un proceso revolucionario que también se fraguó en femenino.

La Federación de Mujeres Cubanas, fundada el 23 de agosto de 1960 por Vilma, junto al Comandante Fidel Castro Ruz, devino pedestal para que las cubanas se empinaran, soltaran ataduras, rompieran estereotipos, construyeran, junto a los hombres, como iguales, la Cuba nueva.

Mujeres, Revolución, patria, cubanas, Vilma, todo con la misma arcilla, con la misma savia, con las misma esencias.

Vilma que está hoy diseminada en la obra grande que seguimos moldeando en el día a día. Vilma que sigue liderando los esfuerzos porque la mujer continúe ganando espacios y batallas. Vilma que es ella y somos todas. Vilma ejemplo e inspiración. Vilma país.

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