Del panqué de Manacas apenas se escucha en el país, pero antes de existir la Autopista Nacional, era famoso entre los viajeros que al transitar por la Carretera Central se detenían en ese lugar para degustar un panqué con leche fría o caliente, y un café.
Por estar en el centro de Cuba, era lugar de obligado paso y parada obligada para el descanso, pero empezó a languidecer al convertirse en una ruta de poco tránsito, y ser impactado por la escasez de productos.
Los sentimientos de estar olvidados fueron creciendo y se notaba en los planteamientos de los más de 800 electores de la zona al referirse a al déficit de agua no solo por roturas de los equipos, sino más por las interrupciones de la energía eléctrica.
Allí la situación era peor porque al estar en un terreno elevado, el vital líquido no les llegaba por falta de presión, pues había que esperar a que los de la parte baja llenaran todos sus recipientes, y eso podía suceder en el mismo momento del molesto apagón.
Por tanto, en las reuniones rendición de cuenta postergadas en 2023 para realizarla próximamente del 20 de septiembre al 15 de noviembre este será un reclamo menos, pues el asunto quedó resuelto como fruto del trabajo.
Fueron colectivos de afiliados a los sindicatos quienes aportaron la solución al instalar paneles solares fotovoltaicos en tres áreas del municipio villaclareño de Santo Domingo, donde además de El Panqué se benefician La Caoba, y Baliño.
No se trata de tres termoeléctricas, ni tampoco de centrales de generación distribuida que benefician a cientos y miles de personas, pero en El Panqué son 800 cubanos los que recibieron una solución tan pronto se consiguieron los recursos materiales.
Quien tenga oportunidad de visitar el municipio dominicano, no tendrá que buscar personal especializado, porque cualquier vecino es capaz de explicarle que el agua les llega con más presión, suministrada durante cinco horas en momentos de la mañana y la tarde.
No obstante, si alguien desea datos específicos, entonces le serán fáciles de conocer si conversas con un afiliado al sindicato de Industrias, en este caso el operario Leosbeidy Antoñano León y otros tres jóvenes encargados de velar por su cuidado y protección de la instalación.
Leosbeidy no ha abandonado sus labores agrícolas, sino que ahora tiene otro empleo, para lo cual tuvo que capacitarse, pues no es un turbinero tradicional, sino que se auxilia de una tecnología con la cual monitorea el sistema desde un teléfono móvil, para comprobar su funcionamiento y otros parámetros de calidad.
El o cualquiera de sus compañeros le confirmará que la garantía es doble, pues además de tener energía de una fuente renovable como la solar, siguen conectados al sistema eléctrico nacional.
Lo más importante, la vida sigue igual el camino hacia el uso de fuentes renovables de energía, pues en el propio Santo Domingo continuarán los cambios de matriz energética en las estaciones de bombeo de Las Nieves, Rodrigo, Mordazo, Palo Bonito y Punta Felipe, así como una segunda en Baliño.