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Fidel por siempre en Santiago de Cuba

Una jornada masiva de donaciones de sangre, matutinos especiales y conversatorios sobre la presencia de Fidel en centros laborales inaugurados o visitados por él en Santiago de Cuba, forman parte de las acciones que tienen lugar este 13 de agosto, en ocasión del natalicio 98 del estadista de talla universal.

 

Santiago de Cuba tiene el privilegio de atesorar las cenizas del Comandante en Jefe en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia. Foto: Betty Beatón Ruiz

 

Otras muchas iniciativas se hacen realidad en la jornada de hoy en los nueve municipios de esta suroriental provincia privilegiada atesorar las cenizas del Comandante Fidel Castro Ruz.

Justo allí, en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, lugar de su reposo eterno, acontecen las principales manifestaciones de tributo.

Desde horas bien tempranas afiliados a los 15 sindicatos, organizados por centros laborales, llegan frente a la piedra funeraria, ubicada en el llamado Altar de la Patria del mencionado camposanto, para colocar flores frescas.

Entre las que llevan a Fidel en el pensamiento y la acción figuran Ibis de la Caridad y Yazmina, trabajadoras de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria (Onat) en Santiago de Cuba, pertenecientes al Sindicato de la Administración Pública, e igualmente a la Asociación de Economistas y Contadores de Cuba (Anec).

 

De izquierda a derecha Ibis de la Caridad y Yazmina, afiliadas al Sindicato de la Administración Pública. Foto: Betty Beatón Ruiz

 

“Sus enseñanzas, sus ideas, su legado, nos acompañan en la cotidianidad, por eso honrarlo va más allá de una fecha para convertirse en algo permanente, comenta Yazmina, quien además lidera la asociación de base de la Anec en la Onat santiaguera.

Si bien cada día el monolito que guarda las cenizas es testigo silencioso del paso de cientos de cubanos y extranjeros, este 13 de agosto resulta multitudinaria la presencia de los agradecidos.

 

 

Adultos y niños, obreros, intelectuales, artistas, campesinos, combatientes, hombres, mujeres, jubilados, amas de casa… llegan hasta el sitio donde el Comandante en Jefe alcanza otra dimensión de vida confirmándose en la historia como el hombre que desde siempre y eternamente sigue convocando multitudes.

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