París.- Lo que parecía una proeza increíble la logró Mijaín López. Agenciarse su quinta medalla de oro en Juegos Olímpicos lo catapultó más como una leyenda del deporte mundial. Pero ¿cómo ocurrió?
Pues les cuento, que en París 2024 el gigante pinareño se coronó en los más de 130 kg de la lucha grecorromana. Su rival fue el también cubano Yasmani Acosta que representa a Chile.
En el campo Arena de Marte, el gigante no dio margen a las dudas y con paciencia, fuerza y determinación inclinó la pizarra a su favor 6-0.
Su magistral faena se inició el lunes superando (7-0) al surcoreano Seungcham Lee. Después, dio una disertación (3-1) ante el iraní Amin Mirzazadeh, que arribó al pulso con una importante credencial, es el vigente campeón del mundo.
En semifinales un poco de su maestría y formidable calidad le sirvieron para apuntarse un 4-1 frente al azerí Sabah Shariati.
“Contento con el triunfo. Se lo dedicó a todos los seres humanos que contribuyeron a cada medalla, a cada entrenamiento. Siento un gran orgullo por ser cubano. Por portar tantas veces la bandera cubana y por dar cada presea”, aseveró Mijaín.
El mito le puso nombre a cada título olímpico logrado: Beijing 2008, novatada, Londres 2012, trascendencia, Río 2016, esfuerzo, Tokio 2020, sacrificio y París 2024 alegría.
También dijo que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach lo felicitó por su proeza, algo que significa mucho para cualquier deportista.
“Pedro Val y Rafael Trujillo son más que mis entrenadores, son mis segundos padres. Me guiaron a estos resultados. Me alegro de haber tenido aquí a Héctor Milián, el fue mi ídolo cuando yo era niño. Siempre dije que quería igualarlo o superarlo, y ya ven lo hice junto a él”.
“Siempre sentiré alegría de haber representado a Cuba. Soy cubano y con mucho orgullo”