En Europa las noches mágicas de miércoles siempre se asocian con la Champions League, del otro lado del charco, para Cuba la noche mágica ocurrió este miércoles en México cuando Didier Reinoso entró de cambio al 120+3, en la última acción del partido. No había disputado un solo minuto durante todo el torneo, tenía una misión y era cobrar satisfactoriamente su penal. Todos sabían de su calidad técnica, la única duda descansaba sobre sus nervios de acero. El zurdo tomó una carrera corta para patear, enfiló su empeine interior y despejó la incertidumbre junto con el balón al fondo de las redes: después de once años y por segunda vez en la historia, la selección sub 20 se hizo mundialista.
El partido comenzó a las 10 de la noche como estaba pactado, el conjunto nacional saltó a la cancha con total impetú ante Honduras y en un primer tiempo parejo se fueron con buenas sensaciones al descanso. Para el segundo tiempo, más de lo mismo hasta llegar una internada del lateral derecho Elvis Casanova, quien regateó al defensa central y provocó un penal a favor. El cobrador fue Samuel Rodríguez, quién como ante Costa Rica definió certero y puso el 1-0 para la victoria parcial de los antillanos.
Si bien está en nuestro ADN sufrir y lograr las cosas con muchísimo sacrificio, sorprendió el empate hondureño al 79’, una vez más a balón parado. A partir de ese momento, solo restaba encomendarse a la entrega defensiva y el coraje. Llegó el tiempo extra y en una jugada más que polémica, fue expulsado Maikol Vega, a pesar de llegar antes al balón, el árbitro en una revisión de VAR interpretó muy fuerte su entrada sobre un jugador catracho. Con uno menos y con 22 minutos por delante, se preveía desfavorable la situación.
En otras ocasiones ha sido criticado el entrenador Yunielys Castillo por sus decisiones tácticas, de igual forma debe ser alabado su trabajo en este definitorio encuentro. Los cambios fueron precisos y los jugadores entregaron en cancha lo necesario al 120 %. De hecho, tan así fue que en los instantes finales del segundo tiempo extra Cuba jugó con 9 por momentos, hasta ser sustituido Elvis Casanova, físicamente acabado. Acercándose la tanda de penales, ambos DT movieron sus piezas y los catrachos dieron ingreso a un arquero suplente, haciendo recordar aquel cambio de Tim Krul en el Mundial de 2014 para eliminar a Costa Rica.
Una vez realizado el sorteo, la selección comenzó pateando y en un gran trabajo televisivo se escuchó el orden antillano: “Karel, Leandro, Romario, Michael, Bodoque”. Si ya es raro ver patear a un defensa, mucho más iniciar con los dos centrales y luego el contención. Pero el futuro le dio la razón a Yunielys: gol de Karel, gol de Honduras, gol de Leandro, gol de Honduras, gol de Romario; y con la suerte del destino el catracho ajustó tanto su remate que pegó en el palo, rebotó en Yurdy Hodelín, pero se desvió hacia afuera. Ahora si lo teníamos todo a favor y venía el 10 de Cuba. Camejo por unos minutos se vistió de Lewandowski y con una paradinha espectacular endosó el cuarto de la tanda.
La H sobrevivió una ronda más, pero si Reinoso convertía se acababa todo. Así lo hizo y explotó la alegría en tierras mexicanas. Los sueños son sueños hasta ser logrados, ahí se convierten en hechos y los hechos en historia. Estos Leones del Caribe han puesto el nombre bien en alto, con todas sus implicaciones. Han guerreado, han sudado el uniforme y han demostrado que en esta Isla del Caribe, también sabemos patear bien un balón. Chile 2025 aguarda paciente por los nuestros, para seguir escribiendo capítulos de gloria.