París.– Nos aturdió la novedad. Ni siquiera la lluvia pudo borrarla. Era tanta la ansiedad y la certeza que algunos ya habían trazado parte de su feliz crónica. Pero el sueño se torció.
La delegación cubana centraba su mirada en el Stade de France de Saint-Denis, sede del atletismo de los Juegos de París 2024 y donde las triplistas Leyanis Pérez y Liadagmis Povea, llegaban con la fe por las nubes.
Los primeros saltos no preocuparon. Se confiaba. Incluso algún brinco de las muchachas invitó al optimismo. Sin embargo, le realidad fue otra. Leyanis terminó quinta, mientras que Povea a base de coraje ancló en un cuarto lugar, que a medida que pasen los días se valorará como debe ser.
El atletismo no comenzó como se esperaba en la cita olímpica, ojalá que en las próximas jornadas no hablemos de sueños rotos.
“Este año tuve muy pocas competencias y realmente no sabía si podía llegar a estos Juegos. Ha sido un año complicado para mí. Salí de una lesión. La recuperación fue larga. Llegué con la ilusión de ser finalista, pero jamás pensé en este cuarto lugar, cerquita del bronce”, afirmó Povea.
“En el salto que me dio el cuatro puesto regalé mucho en la tabla. Creo fue la ansiedad. Estaba buscando la medalla y perdí el ritmo. Estoy feliz y contenta con lo alcanzado”, enfatizó.
Leyanis apenas quería hablar. La vergüenza a veces se expresa así.
“Estoy feliz por haber participado en los Juegos. Claro que no estoy contenta con el quinto lugar. Me preparé durante muchísimo tiempo y no salió el resultado”, dijo.
“En las competencias antes de París 2024 me fue bastante bien y me voy ahora con este buche amargo. No voy a llorar, no ha pasado nada. Estoy convencida de que me seguiré preparando y dando de qué hablar”, afirmó.
