Cargando...Este dos de agosto la Isla de la Juventud celebra su cumpleaños 46, en recordación, a ese día de 1978, en que fue proclamada con ese nombre.
La fecha, devenida símbolo, la festejan los pineros por haber levantado y hecho suyo un territorio olvidado y modelo del terror, a donde llegaron más de 40 000 jóvenes, para reconstruirlo de los estragos del ciclón Alma, bajo la consigna de “recuperar lo perdido y avanzar mucho más”, quehacer que cumplieron en breve tiempo, además de impulsar su transformación económica, educacional, agrícola e industrial, evidenciado, al cabo del año, cuando Fidel dejó inaugurada aquí la primera presa de la gran revolución hidráulica.
Fue en ese contexto, el 12 de agosto de 1967, cuando estos columnistas, como les llamaban, le pidieron al Comandante bautizar a la ínsula con el nombre de Isla de la Juventud, en sustitución del de Isla de Pinos, ante lo cual él convirtió la aspiración en reto y les dijo:
“Pero todavía no se puede llamar ‘Isla de la Juventud’ en el sentido real de la palabra» y orienta: «Llamémosla Isla de la ‘Juventud’ cuando la juventud con su obra haya hecho algo grande, haya revolucionado… la naturaleza y pueda exhibir el fruto de su trabajo, haya revolucionado… la sociedad».
En ocasión de este nuevo cumpleaños se cantará, como ya es tradicional escuchar como símbolo de la efemérides, la balada Una Isla en el tiempo, escrita por Clara Nicola, tía del desaparecido trovador Noel Nicola.
Además habrá un ir y venir de recuerdos, anécdotas y emociones fruto de varias generaciones llegadas a la entonces Isla de Pinos en la década del 60, impulsada por la encomienda de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Ellos hoy peinan canas, y forman parte de la Agrupación Pinera de Jóvenes de la década del 60’, y hablan con amor de su impronta al formar parte de los campamentos El Escuadrón, Juventud de Acero, Batalla de Saigón, o como parte de las columnas Luis Ramírez López, la Juvenil Agropecuaria, los Seguidores de Camilo y Che, las Marianas, la de los Picolinos, la de la Construcción, la del Centenario, esta última le dio paso luego al Ejército Juvenil del Trabajo.
Reiteran siempre las horas redobladas para construir las carreteras de este terruño, la torre de televisión, el Coppelia, escuelas en el campo, redes hidráulicas, embalses, viviendas, sembraron pasto y cítricos e hicieron de la adversidad natural acicate para avanzar.
El canto de este dos de agosto servirá para el homenaje a Cristóbal Labra, muchacho humilde, conductor de la ruta 58 de Marianao, quien vino con la columna Luis Ramírez López a trabajar en el poblado la Reforma, en la vaquería 16 y perdió su vida en un incendio de forma accidental el abono de la granja de ese poblado, los reclusos que cumplían sus penas en ese centro se negaron a entrar por temor al gas tóxico.
También servirá para rememorar nombres de quienes ya no están pero sus manos están en cada logro palpado, cuando en multitudinario acto, el dos de agosto de 1978, presidido por el Comandante en Jefe Fidel, frente al Monumento Nacional Presidio Modelo, Raúl Roa, entonces vicepresidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, significó el especial homenaje que el cambio de nombre representaba para la juventud mundial, que por esos días celebró en Cuba su XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
“La faz de la Isla es otra –sentenció Roa–. Su población…se ha cuadruplicado. … Ya hoy la Isla es parte viva de Cuba… La vida canta por todas partes, la esperanza flamea en los corazones, el trabajo y la defensa convergen en la acción cotidiana; el espíritu internacionalista florece… con sus aulas abiertas a todos los niños y adolescentes del mundo. La juventud marcha al frente…, da el ejemplo haciendo suya la Isla…”.
