Unos 1 300 clientes residenciales e institucionales del capitalino barrio de Wajay estuvieron varios días sin servicios que ofrece la telefonía fija por una lamentable razón.
«Cortaron y se llevaron un tramo del cable troncal que da servicio a esta zona», explica el ingeniero Pedro Luis Lozada Morales, director de la Dirección Territorial Sur, de la División Habana, de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A., ETECSA.
El hecho vandálico sucedió en el tramo de la carretera al Wajay, entre la autopista al Aeropuerto Internacional José Martí y la entrada al vecindario. Aprovecharon la oscuridad y el poco tránsito de personas y vehículos por el lugar en la noche.
No ha sido la única ocasión. Según señala Lozada Morales, de enero a junio pasados en ese tramo ocurrieron cinco hechos extraordinarios, cuatro de ellos para robar decenas de metros de cable telefónico y en la quinta sólo lo cortaron y dejaron abandonado en el lugar.
Durante varios días privó de los servicios de voz y Nauta Hogar a clientes residenciales y a instituciones emblemáticas de Cuba como la Universidad de Ciencias Informáticas y la Escuela Nacional de Boxeo Holvein Quesada, fragua de varias decenas de campeones olímpicos y mundiales.
Además que fueron afectados centros educacionales, de salud y centros laborales de Wajay.
Una tendencia repudiable
Un alza alarmante de hechos contra la planta exterior o red de cables aéreos sucede este año en La Habana, reconoce Yudith Toledo Ortega, directora general de la División Habana de ETECSA.
«En el último trimestre del año pasado ocurrieron 24 hechos vandálicos contra nuestras redes de telecomunicaciones, a los que se unen otros 25 en lo que va del actual», subraya.
Su ocurrencia se asocia, fundamentalmente, al robo del cobre que contienen los cables para venderlo a altos precios en el mercado negro. En los últimos meses, los escenarios más frecuentes han sido los municipios de Arroyo Naranjo, Boyeros y Cotorro.
Ocurren casos, pero no hay impunidad. La labor de las autoridades competentes ha permitido apresar y tener bajo investigación a un grupo de ciudadanos que se dedicaban a realizar las repudiables acciones.
Pero el daño ocasionado es apreciable y más en las complejas circunstancias que viven la economía cubana, en general, y la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A., en particular, como resultado del impacto de la crisis mundial pos pandémica, guerras regionales y el recrudecimiento del bloqueo.
«Los cables que nos están robando o cortando son los más gruesos, los que permiten las conexiones con calidad a mayores distancias y son los más costosos», apunta en ese sentido Yudith Toledo Ortega.
La directora general de la División Habana de ETECSA detalla que el alto precio de esos cables y la situación financiera del país hacen más difícil adquirirlos por lo que se demora muchas veces la solución y entonces se emplean alternativas usando otros de menor calibre.
«Cuando sucede un caso estamos obligados además a mover hacia el lugar a linieros y empatadores a restablecer el cable cortado o robado, deteniendo el arreglo de interrupciones menos complejas o la ejecución de mejoras de la telefonía fija en otras zonas», abunda el ingeniero Lozada Morales.
Así fue necesario instalar un gabinete telefónico con capacidad para más de 500 líneas en la barriada de Calabazar, inversión imprevista, por el corte de un cable troncal en la localidad.
El director de la Dirección Territorial Sur de la División Habana de ETECSA explica que el tiempo de restablecimiento a los clientes residenciales demora porque se priorizan las instituciones que prestan servicios básicos como escuelas, hospitales y policlínicos, entre otras entidades.
Combatir con más efectividad los hechos de vandalismo, lesivos al bienestar de la población y la economía del país, requiere el actuar cohesionado de las autoridades correspondientes, ETECSA y los ciudadanos, según afirma Yudith Toledo Ortega.
La directiva insiste en la necesidad de que los vecinos tenga aún más conciencia de los daños que ocasionan y cuando sean testigos de algún episodio avisar oportunamente a las autoridades correspondientes, incluida la empresa Cubana de telecomunicaciones.
«Si son testigos de un hecho avisar a las autoridades competentes y mediante los canales de atención a la población, por el 118, reportar el hecho y solucionarlo lo más inmediato posible», dice.
Una solicitud justa para entre todos combatir estos hechos repudiables.
