Icono del sitio Trabajadores

En la UEB Gráfica Holguín también se “imprime” la eficiencia

Aquello de hacer el periódico a par­tir del plomo, el sonido caracterís­tico del linotipo, la intervención de tantos elementos mecánicos para que al final salieran las publica­ciones… ese antiguo mundo de la gráfica seduce todavía la memoria de Miguel Batista Hernández, tra­bajador desde hace cerca de 35 años de la UEB Gráfica de Holguín Ge­neral José Miró Argenter.

 

El colectivo gráfico holguinero espera ansioso la total reconversión tecnológica, que rinde frutos mediante dos máquinas de impresión digital. Foto: Lianne Fonseca

“Era complejo, pero realmente se llegaba a querer. El linotipo era un arte. Enamoraba. Por eso pienso que ser trabajador gráfico nace, se lleva en la sangre”, manifiesta. Sin embargo, con el mismo entusias­mo que recuerda el pasado, Miguel observa el presente y le animan los vientos de renovación tecnológica que sacuden al poligráfico holgui­nero, sobre todo, porque sabe que “la labor del gráfico es un trabajo de superación constante”.

Los 145 trabajadores del emble­mático centro se preparan para el llamado Proyecto de reconversión tecnológica para la producción de la prensa y otros materiales gráficos, gracias al cual se espera que para el próximo diciembre los periódicos de la región oriental salgan en colo­res y que, en el 2025, estén en mar­cha otros novedosos equipos para la producción de libretas y libros.

El colectivo del poligráfico con­tinúa sus tareas habituales con la maquinaria obsoleta y las hace con la calidad acostumbrada, por lo que ostenta la condición de Vanguardia Nacional.

Esa realidad la explica bien Carlos Alberto González Mulet, di­rector de la UEB: “Nos distingue la peculiaridad de que comenza­mos una inversión para impulsar la modernización. Ha conllevado la demolición de locales y el movi­miento de talleres, sin que hayamos comprometido en ningún momento la producción”.

Añade que “desde el año pasa­do les estamos pagando a los traba­jadores por resultados, utilidades y por alto desempeño a quien lo gane, y el salario medio lo tenemos sobre los ocho mil pesos”.

Contar con esas garantías es producto también de un trabajo que va más allá de la impresión de periódicos y la confección de libros, folletos, libretas, cuadernos escola­res e impresos comerciales, cuyas ventas hasta el cierre de junio se cumplían al 144 por ciento, y gene­raron más de 64 millones de pesos.

González Mulet argumenta que la UEB pone en práctica la econo­mía circular, y en tal sentido el pa­sado año obtuvieron 11 millones de pesos por concepto de ventas de ar­tículos de recorterías, como peque­ños blocs de notas, libros para colo­rear, tarjetas de firma para el sector empresarial, todos con muy buena aceptación.

El directivo señala que tam­bién aprovecharon el desmonte de elementos que requiere el proceso inversionista para fabricar objetos como bandejas, ollas y jarros. Apun­ta que fabricaron sogas a partir de un desecho de nailon adquirido en Camagüey; asimismo, opera, un pe­queño taller de papel manufactu­rado que da sus primeros pasos, y también se afana en prestarle servi­cios a terceros en cuanto a repara­ciones de equipos.

De igual modo, captan monedas libremente convertibles mediante su inserción en el comercio electrónico, a través de pasarelas de Encomil.

La entidad se adapta a las cir­cunstancias económicas del país y pone en práctica soluciones con el odjetivo de salir adelante. Apenas hay que recorrer sus espacios para constatar la valía de su capital hu­mano.

“Es un sueño poder contar en poco tiempo con una tecnología avanzada que nos va a proporcio­nar la calidad y que humaniza el trabajo, porque con la ayuda de los mecánicos y los innovadores es que podemos tirar pa’lante y sacar las producciones a tiempo, sobre todo las destinadas a Educación”, destaca la trabajadora Yamila Martínez La­guna.

Por su parte, Dunia Cobiellas Polanco, analista de producción y secretaria general del buró sindi­cal, asegura que es un colectivo con elevado sentido de pertenencia que apuesta por la calidad.

Sobran ejemplos, enfatiza, pero le basta con narrar: “Los equipos nocturnos lidian con roturas en la maquinaria y a menudo les coge la mañana imprimiendo los periódicos que se repartirán desde Guantánamo hasta Las Tunas”.

Compartir...
Salir de la versión móvil