“Si trabajamos bien, con tenacidad, con organización, con disciplina, con eficiencia, seremos capaces de alcanzar todo lo que nos propongamos”
En el complejo contexto económico que vive el país, resulta incuestionable esta afirmación del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz por la plena vigencia que alcanza su reflexión en los tiempos que corren y por la alta relevancia que el máximo líder de la Revolución cubana le otorgaba al quehacer laboral como fuente creadora de riquezas.
En amar lo que se hace está el “secreto”. Bien puede ser desde un taller al pie de una maquinaria o junto a un horno para garantizar el envío del pan a los hogares; en el esmero a la hora de poner el máximo de atención para hallar la solución a una dificultad que presenta un equipo, o al moldear un objeto con fin ornamental y también en quienes elaboran un producto “hecho a mano”.
Hay que ver a los constructores -muchas veces a pleno sol- enfrascados en una obra para beneficio de la producción o los servicios.
Son algunos ejemplos entre muchísimos otros que vemos en el día de los cubanos y las cubanas dondequiera que fluye el trabajo creador.
¿Qué debemos dejar claro en tiempos como estos?, señalaba el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en las conclusiones del recién efectuado VIII Pleno de esa organización.
En su intervención puntualizaba: “Hay que crear y desarrollar conciencia, moral revolucionaria, ver el trabajo en su expresión formadora, como cumplimiento del deber y como la actitud de aportar a la sociedad”. puntualizar