En el anterior trabajo me refería a cuánto podríamos hacer los pineros para honrar la memoria de los caídos en los ataques a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Muestra de lo anterior son las decenas de jóvenes que, sin ser pineros de nacimiento, hicieron suyo este territorio olvidado y modelo del terror, a donde llegaron más de 40 000 jóvenes, en 1966, para reconstruirlo de los estragos del ciclón Alma, bajo la consigna de “recuperar lo perdido y avanzar mucho más”.
Quehacer que cumplieron en breve tiempo, además de impulsar su transformación, evidenciado, al cabo del año, cuando Fidel dejó inaugurada aquí la primera presa de la gran revolución hidráulica.
María Ramírez Anache, la Heroína del Trabajo de la República de Cuba, de los dos existentes aquí, es una mujer de su tiempo, inteligente, carismática, alegre, con energías insospechadas que ha dejado su huella en obras sociales y planes de desarrollo de su Isla querida, vive y ama su Cuba.
Previo al aniversario 71 de los asaltos a los cuarteles Guillermón Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, brocha en mano, se le vio “trepada” en andamios dando los toques finales a donde se celebraría el acto central por la efemérides, en el Municipio Especial Isla de la Juventud.
Con la misma energía de cuando hace años recibiera la alta condecoración, la Anache, como la llaman por estos lares, en cada brochazo disfrutaba, con la misma pasión con que narra pasajes de su vida escritos con el ejemplo.
Alegre siempre, revolucionaria y seguidora del legado de Fidel, madre de tres hijos, esta heroína recuerda su oficio de gruera, como la primera mujer cubana en tales faenas, las 15 zafras de la toronja y el corte de caña, todo cumplido con pasión y responsabilidad.
Sobran razones para festejar
La pasión por el trabajo es lo suyo, jubilada del sector de la construcción, razón por la que los andamios son como sus muletas y “trepa” por ellos con una facilidad inimaginable, igual que lo hiciera al construir su vivienda, en Nueva Gerona, donde adorna su sala una foto gigante de Fidel Castro.
Para esta cubana, decir Día de la Rebeldía Nacional, es día de fiesta, de celebrar conquistas, aunque hay mucho todavía por hacer desde la masa sindical para avanzar en la estabilidad macroeconómica del país, incrementar y diversificar los ingresos externos, avanzar en el desarrollo del sistema empresarial y la integración de actores económicos, además de reducir el delito, la corrupción, ilegalidades e indisciplinas sociales.
Verla pintar las paredes del Monumento Nacional Presidio Modelo, nos llena de felicidad, porque es difícil no verla a la vanguardia en un barrio, donde apoya el trabajo comunitario, además de tener suficiente fuerza para, a sus más de 60 años, irse a una finca familiar y producir alimentos.
Ahí está su hoja de haber: movilizada en 1980 para la Zafra de la Toronja; fundadora del Batallón Lázaro Peña, donde permanece 15 años; respaldó la campaña citrícola en Jagüey Grande, Matanzas, y el corte de caña en el central Héctor Molina de San Nicolás de Bari.
Cumplió misión en la República Bolivariana de Venezuela desde el 2012 al 2014 como jefa de Campamento.
“Era la única mujer entre tantos hombres que me querían y respetaban, no tuve señalamientos ni deficiencias y respondía al Plan Eje Caracas La Guaira, perteneciente a la Empresa Constructora del Alba Bolivariana.
“A mi regreso me reincorporo a la Planta de Prefabricados, tres años después me jubilo y sigo al servicio de los demás a tono con el enfoque de ayuda y justicia social de la Tarea Ordenamiento de no dejar a nadie desamparado”, expresa la Anache sin bajarse del andamio improvisado.
Y claro que no se bajará, porque decir María Ramírez Anache en la Isla, es símbolo, no solo a nuestros hermanos caídos en los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, sino también, es impronta de cuánto se puede hacer para corregir distorsiones y reimpulsar la economía, si queremos alcanzar resultados superiores con el compromiso, la seguridad y el ejemplo que siempre nos ha dado Raúl Castro Ruz, demostrar juntos que, sí se pudo, sí se puede y siempre se podrá.