El Consejo Popular de Pitajones, en la cordillera del Escambray, atesora una instalación en la que la Empresa Apícola Cubana (Apicuba) deposita muchas esperanzas para incrementar entre el 25 y 30 por ciento la producción de miel en Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey.
Se trata del vivero tecnificado construido en esa localidad por el Ministerio cubano de la Agricultura y Apicuba, con financiamiento aportado por la Agencia Francesa para el Desarrollo.
«Está previsto produzca cada año 325 mil posturas de plantas melíferas a sembrar en las áreas cercanas a los apiarios», precisa Yaniel Siberio Rodríguez, presidente de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) «Antonio Díaz Fleites», de la provincia sede del acto nacional por el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Céspedes.
Agrega que el inventario de especies a reproducir suma 26 entre ellas la acacia, el eucalipto limón y el piñón florido, de las cuales es propósito los apicultores siembren 1 200 posturas por cada apiario que tengan. Eso conlleva a un trabajo integrado para la evaluación de las plantas melíferas más adecuadas a las zonas en las que se propone ubicar y su inclusión en los planes de reforestación de las fincas en dónde los apicultores tiene sus colmenares, generalmente pertenecientes a otras personas y entidades.
Una apuesta estratégica
El vivero tecnificado de Pitajones incluye un edificio socio-administrativo, almacén, nave para la producción de materia orgánica a partir de la lombricultura, casa de posturas, un área abierta para igual cometido, equipo de bombeo de agua con su caseta, sistema de riego por micro-aspersores y cerca perimetral en la que están instaladas lámparas led alimentadas por paneles fotovoltaicos adosados a ellas para la iluminación nocturna.
Con el financiamiento recibido, equivalente a 38,5 millones de pesos, se adquirieron además un camión y un auto todoterreno.
«Para la producción de posturas utilizamos bandejas en las que se colocan tubetes con materia orgánica donde plantamos las semillas», explica Yudiel Sevilla Berroa, jefe de la brigada de siete trabajadores, él incluido, que atiende al vivero, los cuales fueron debidamente capacitados.
Con el método logran unas altas tasas de germinación y sobrevivencia, como comprobaron en esta etapa de pruebas, primero con ejemplares de eucalipto y luego con las 40 mil posturas de morera que tienen en desarrollo para una empresa ganadera. La planta proteica la sembraron porque las obras del vivero tecnificado concluyeron en mayo. Están próximas a trasplantar y cuando eso suceda acelerarán la preparación para la producir posturas de plantas melíferas.
«La época de siembra óptima es de octubre a marzo y a los cinco o seis meses de desarrollo, según la especie, las posturas están listas para reforestar con ellas», detalla Yudiel. Obtener 325 mil plantitas implica en primer lugar contar con suficiente materia orgánica, una mezcla de humus de lombriz, con gallinaza y cascarilla de café, señala el jefe de brigada.
Por su parte Yaniel Siberio Rodríguez, asegura que para la UBPC «Antonio Díaz Fleites», gestionar el vivero es un fortaleza más porque asegura para sus 49 socios adquirir y sembrar las posturas de plantas melíferas más adecuadas al entorno de sus apiarios, además de cumplir las solicitudes de los productores de Ciego de Ávila y Camagüey.
«Según la especie, su impacto se hará sentir a los 5 ó 6 años después de sembradas que es cuando comienzan sus flores a producir néctar y polen de los que se alimentan las abejas», apunta Siberio. El presidente de la UBPC asegura que el vivero tecnificado de Pitajones es una apuesta estratégica en favor del incremento de la producción de miel y otros productos de la colmena.
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