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Sancti Spíritus: De nuevo a pie de obra

Con una trayectoria laboral cercana a cuatro decenios, el ingeniero civil Car­los Esteban Bernal Bada archiva, más que años en su expediente, disímiles huellas de trabajo. Sin proponérselo, el apego a su profesión lo ha convertido en testigo de obras que trascienden por su funcionabilidad e impacto social en Sancti Spíritus.

 

El ingeniero civil Carlos Esteban Bernal Bada (a la izquierda en la foto) en uno de los proyectos que se ejecutan en la antesala del 26 de Julio. Foto: Cortesía de Carlos Esteban Bernal Bada

Como muchos espirituanos, en es­tos días previos al aniversario 71 del Día de la Rebeldía Nacional, está a pie de obra. Varias horas de la jorna­da laboral, ahora como director de la Empresa de Proyectos de Arquitectura e Ingeniería en el territorio (EPAISS), trascurren en la nueva rotonda que se construye en la salida Este de la ciu­dad.

Pendiente de los ajustes sobre la marcha a un proyecto desarrollado por un equipo de la EPAISS cinco años atrás, de los detalles del entorno cir­cundante a la vía, de la calidad de las terminaciones…, no le sobra el tiempo para tertulias y, en medio de ese aje­treo al calor de la efeméride, responde en ráfagas.

“Prácticamente recién gradua­do participé, como jefe técnico, en la ejecución de la planta potabilizadora de Macaguabo. En los días previos a aquel 26 de Julio de 1986, se terminó la Batería 1 de la instalación hidráulica para dar servicio de abasto de agua de 600 litros por segundo a las ciudades de Sancti Spíritus y Cabaiguán.

“En el año 2016 me desempeña­ba como director de operaciones de la EPAISS. La entidad estuvo en distin­tos objetos de obra, principalmente en la rehabilitación de los salones de ope­raciones del Hospital Provincial Cami­lo Cienfuegos. Ahora asumo las tareas como director, y la empresa participa en los proyectos de la unidad quirúrgi­ca del Hospital Pediátrico y de la nue­va Rotonda. En 1990 La Habana fue la sede y allá asumimos la construcción de una nave en la terminal de ómnibus urbanos de Arroyo Naranjo”.

¿Cómo se trabaja con vistas a una fecha de esta relevancia?

“Laboramos con mucha presión, contra el tiempo, con chequeos cons­tantes. Por ejemplo, en la Rotonda, so­bre lo proyectado hace cinco años, se han tomado decisiones a pie de obra. Se intenta ser fiel al proyecto original en lo posible, pero es necesario diseñar variantes estratégicas y viables sobre la marcha.

“Es una oportunidad para mate­rializar un proyecto que estaba a la espera. Ese es el sueño de cada proyec­tista y de los constructores en general. Son obras perdurables y con un gran impacto social.

“Con la potabilizadora se benefician la ciudad cabecera provincial y Cabai­guán. Por las instituciones de la salud pasamos todos. La Rotonda es una de las obras en cuanto a viales de mayor utili­dad realizada en los últimos años. Fa­vorecerá una intersección peligrosa y la ejecución trasciende al entorno”.

¿Cómo se percibe trabajar en obras conmemorativas por el 26 de Julio a tra­vés del tiempo?

“Aquella primera vez, con la juven­tud, se sentía como una aventura, algo osado. Los recursos estaban a la mano. Era muy fácil dar soluciones. Este 26 lo asumimos con una situación económica compleja, con recursos limitados. Pero desde mi aporte tengo madurez y expe­riencia para sugerir soluciones. Los años te dan la capacidad de buscar variantes y convencer.

“Satisface que se reconozca el es­fuerzo de los espirituanos con la sede de este 26 de Julio porque el trabajo diario a veces no se percibe hasta que llega el reconocimiento. Te percatas de que, por muy difícil que sea la situación económica en el país, puedes avanzar y hacer algo útil”.

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