De acuerdo con el veterano dirigente revolucionario, la épica batalla, librada entre el 17 y el 19 de abril de 1961, consolidó el socialismo, dio vitalidad a la izquierda latinoamericana y derribó el mito de la invencibilidad del ejército estadounidense.
Rodiles, a cargo hoy del Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanístico, narró a oficiales del Ministerio del Interior (Minint) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) de la isla, vivencias como segundo al mando del entonces Batallón de Combate de la Policía Nacional Revolucionaria.
Esas tropas, afirmó, desempeñaron un rol significativo en la sonada victoria cubana, al neutralizar el fuerte hostigamiento de ametralladoras y tanques de la brigada mercenaria que pretendía erigir una cabeza de playa y establecer un gobierno provisional, reconocido por Washington y sus aliados en la región.
Recordó, asimismo, que aunque en la acción cayeron en combate 32 policías y milicianos y cerca de un centenar resultaron heridos, Cuba asestó, en menos de 72 horas, la primera gran derrota del imperialismo estadounidense en América Latina.
Remarcó que en Playa Girón, al sur de Matanzas (occidente), los combatientes de la isla “enfrentaron al enemigo llenos de ardor y escribieron una página gloriosa en la historia nacional que fortaleció mucho más al naciente proceso revolucionario.
En esa circunstancia sobresalió el genio militar y la valentía del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, quien dirigió personalmente las acciones desde el sitio de la confrontación armada contra la integridad nacional, aseveró.
“Aún cayendo proyectiles de artillería, el comandante en jefe daba indicaciones, revisaba las posiciones de las tropas y elabora órdenes de combate”, rememoró.
Como resultado, abundó, causaron decenas de bajas y apresaron a más de mil enemigos, lo que en virtud de un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, fueron canjeados por alimentos y medicinas.
Rodiles Planas, nació en Guantánamo (Oriente), el 4 de octubre de 1935, y posee una extensa hoja de servicio a Cuba, como combatiente clandestino, jefe de una columna del Ejército Rebelde antes de 1959, y comandante de esa agrupación de tropas.
Después del triunfo revolucionario, Rodiles fue segundo jefe de la PNR, jefe de Estado Mayor y segundo jefe del Ejército Occidental, y jefe del Órgano de Inspección de las FAR, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, entre otros cargos y misiones.
