¿Cómo disfrutar el verano? ¿Qué espacios preferímos para un momento de sana diversión y entretenimiento en los meses de julio y agosto? Ambas interrogantes hacen el hilo conductor en aras de dedicarle tiempo a “cargar las pilas” con el propósito de aprovechar las bondades de estos dos meses de etapa recreativa estival.
Se abre el diapasón para sacarle el máximo a las vacaciones y llegar de la mejor manera al lugar donde planificamos ir con la familia, por parejas, con algún vecino o entre amigos que planificaron reunirse.
Unos emprenden la caminata sin escatimar la distancia; otros optan por el transporte público en la ciudad a pesar de la precaria disponibilidad o acuden a los “boteros” y porteadores privados a sabiendas de los elevados precios de cualquier travesía.
No hay límites de preferencias: el reconfortante chapuzón en una piscina, los juegos de mesa que desplegan suspicacias para vencer al adversario siempre en buena lid, la excursión al zoológico, el sosiego que proporciona el acuario y el contacto con la naturaleza que ofrece el campismo
¿Y qué decir del derroche de energía durante un “mano a mano” desde patinetas y la contagiosa alegría de los niños y niñas en parques infantiles junto a sus padres?.
También hay más de 125 mil actividades en diversas manifestaciones del arte organizadas por las direcciones de cultura municipales y provinciales en los pueblos y ciudades, comunidades vulnerables, zonas rurales y serranías.
Las gustadas ruedas de Casino como expresión bailable para jóvenes y adultos y la práctica del deporte, integran la gama de ofertas en julio y agosto. Hay que sumar, además, las propuestas de la radio, el cine y la pantalla chica para satisfacer los más variados gustos
El verano invita al disfrute del tiempo libre. Eso si: es preciso como elemento clave la conducta responsable, la observancia del orden y la disciplina junto al cuidado de las instalaciones y de los espacios públicos que sirven como escenario.