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Se requiere más de la agricultura urbana

Con ocho Unidades Empresariales de Base asentadas en igual número de municipios, más de 1 600 espacios destinados a la agricultura urbana, 9 840 fincas suburbanas, 44 000 patios o parcelas, entre otras potencialidades que constan en los registros de la provincia, Sancti Spíritus sigue pretendiendo volver a niveles de satisfacción de necesidades como los que alguna vez tuvo.

Hortalizas y vegetales son una necesidad en la mesa hogareña cubana. Foto: Pastor Batista

Nadie imagine que resulta fácil. La evidencia está en que usted visita el organopónico El Estadio, en el reparto de Los Olivos 1, en la ciudad cabecera, y queda positivamente “boquiabierto” ante el permanente aprovechamiento del espacio, variedad de cultivos, autogestión para la semilla, alternativas de fertilización… y, un poco más allá, se preguntará por qué muestra una imagen totalmente distinta otra área concebida con iguales fines, nombrada El Gigante.

Llevar lo más a la par posible ese empeño en todo el territorio es tarea que no le permite descanso al equipo provincial, encabezado desde el año 2012 por Onelquis Gutiérrez Nodarse, decisivo para que Sancti Spíritus haya permanecido durante todo ese tiempo entre los tres primeros lugares del programa a escala nacional.

Los números y la mesa

Decir que en 2023 el territorio superó ligeramente las 90 500 toneladas de hortalizas y vegetales, programados en plan, no aporta mucho para familias que siguen deseando una mayor presencia de esas producciones en la mesa hogareña.

Afirma la propia Onelquis que no se comporta mal tampoco este primer semestre del año, aun cuando asuntos como la semilla y la materia orgánica están haciendo su resistencia.

Foto: Pastor Batista

La receta, sin embargo, está muy clara para hombres como Alberto Gorrín Martín, al frente de la unidad El Estadio, quien se las ha ingeniado para producir su propia semilla en varios cultivos, autoabastecerse e incluso aportarles a otros productores, tal y como debe hacer próximamente cuando realice importante donación para el Grupo Nacional.

Por ello, vecinos como Julio Ramírez se han habituado a dar su vueltecita por allí: “sobre todo para comprar especias y algún que otro vegetal”, aunque en el fondo desearían que la ensalada vuelva a sobrar a la hora de sentarse a la mesa.

Incrementar volúmenes no es un capricho de alguien en particular. Es una necesidad no solo alimentaria sino también de salud para el organismo, a la vez que podría ayudar a bajar un poco los abusivos precios a que se (re)vende un simple macito de lechugas por la calle.

El Estadio lo confirma al comercializar a 25 pesos el mismo mazo que algunos personajes te sacan los ojos para que compres al “módico precio” de 80 y 100 pesos. Similar ocurre con el ajo puerro: seis veces más caro en otros escenarios.

 

“Nuestro propósito es tener todo el tiempo ocupada el área, vender toda la producción y ayudar a que la gente resuelva sus necesidades”, expresa Alberto Gorrín.Foto: Pastor Batista

Ni loco se me ocurriría ofrecer una imagen edulcorada acerca del programa de la agricultura urbana, suburbana y familiar en Sancti Spíritus, a pesar de que figura entre las razones por las cuales el Buró Político le otorgó a la provincia la sede de los festejos centrales por el aniversario 71 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Pero sería injusto, también, no admitir que se obra para revertir cada vez más la carencia, que inexplicablemente se aprecia en todo el archipiélago, de productos que sería muy penoso acabar importando un día desde otras naciones teniendo en Cuba “toda la experiencia del mundo”, tierra, agua, semilla… y -en particular- una necesidad enorme de consumo. (Tomado de Bohemia)

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