Desde hoy y hasta el 9 de julio, en la más caribeña de las ciudades cubanas, edición 43 de la Fiesta del Fuego
Más de 300 participantes extranjeros de 16 países, una decena de grupos portadores de lo popular-tradicional de varias provincias cubanas, intelectuales, artistas y académicos dan vida a este jolgorio de culturas de la región que organiza cada año la Casa del Caribe con sede en la ciudad de Santiago de Cuba.
En esta ocasión la cita se dedica al Estado de Bahía, Brasil, en cuya delegación sobresale el grupo Olodum, síntesis músico-danzaria de lo indígena y lo afro-brasileño.
Según destacó Orlando Vergés, director de la institución que auspicia la Fiesta del Fuego, aún en medio de la compleja situación económica que atraviesa el país el Festival es una realidad y un ejemplo de resilencia, conservando su esencia de tribuna para que los pueblos caribeños muestren la cultura que han salvaguardado durante siglos de los tantísimos intentos hegemónicos de acallarla.
Cada uno de los momentos diseñados dentro del amplio programa de la cita apuntan a tal fin: el Coloquio Internacional El Caribe que nos une, más de una decena de talleres y cursos, exposiciones de artes plásticas, conciertos, galas, rituales mágico-religiosos, espectáculo a la rebeldía esclava, muestras de audiovisuales, presentaciones de libros, desfiles de delegaciones participantes, incluso, y por primera vez, una maratón popular.
Teatros, galerías, museos, cines, parques y otros sitios comunitarios sirven de locación para las presentaciones de los artistas convirtiendo a la ciudad en una gran y diversa plaza multicultural con destaque para lo el folclor caribeño.
Una semana, siete días de intenso intercambio, reconocimiento, aprendizaje de lo más raigal de los pueblos de la región que tendrá, como siempre, su punto final el día 9 con la quema simbólica del diablo, en alusión a la destrucción de lo malo y la venida de los bueno
Después de eso Santiago de Cuba dirá adiós a los visitantes y comenzará a fraguar el Festival por venir, el de 2025, el número 44, dedica a Curazao