Sancti Spíritus.— Con la tecnología más desfavorecida entre sus homólogas del país, la Empresa de Cigarros Juan D. Matas Reyes, de Trinidad, mantiene estable sus indicadores económicos y productivos. Aunque la capacidad instalada en la añeja industria dista de satisfacer la demanda del mercado, en este 2024 aventaja a las demás fábricas productoras de la nación y marcha delantera en el cumplimiento de los planes de producción de cigarrillos.
Hasta mediados de junio contabilizaban más 19 millones de cajetillas confeccionadas, el 100,66 % de tal encomienda. Deisy Hernández Consuegra, directora de la entidad, legitima el resultado, también la dedicación y el sentido de pertenencia del colectivo. “Los trabajadores sienten por la fábrica y ponen su empeño para que continúe funcionando”, asegura.
Las diferentes áreas de proceso de la Empresa de Cigarros Juan D. Matas Reyes —desde la preparación de la hebra hasta el empaque de la rueda— traspiran el arraigo de la producción cigarrera en la tercera villa cubana.
Grisel Polo Bringas está próxima a cumplir 60 años de vida, 40 de ellos han transcurrido en esa industria. Comenzó como operadora de máquina y ahora es empaquetadora. “Las mayorcitas nos acomodamos un poco y les damos oportunidad a las más jóvenes para que el oficio perdure porque amamos este trabajo y nos apoyamos como una gran familia”.
“Nos distingue la tradición de cumplir. En ocasiones asumimos un plan operativo en aras de recuperar atrasos o para incrementar las cifras y lograr mayor disponibilidad de un producto con alta demanda y poca estabilidad en el mercado”, dijo Teresa Gándaras León, secretaria general del buró sindical.
“La razón fundamental para todos los trabajadores de la entidad es el cumplimiento del plan diario. Cada departamento dentro de su desempeño aporta a sus funciones y se potencian ideas en colectivo que garanticen la funcionalidad de la tecnología”, explicó Miguel Borges González, jefe del Departamento de Mecanización, una especie de centro asistencial que extiende la vitalidad de una tecnología con más de 50 años de explotación.
“La última modificación general a la industria se realizó en los años setenta. En el mundo no se producen las máquinas que tenemos aquí, por tanto no existen piezas de reposición y el 80 % de la tecnología está innovada”, apuntó Borges González.
En más de cuatro decenios de labor como mecánico allí, Osvaldo Jorge Rodríguez ha sido testigo o partícipe de casi un centenar de innovaciones y más de 3 mil soluciones.
“El cuarto de bombas de vacío que permite el funcionamiento de las máquinas de envoltura, un vibrador sustituto de una antigua estera en la secadora y la plancha que pega el cigarro, son algunas de las soluciones más relevantes”, apuntó el presidente del Comité de Innovadores y Racionalizadores.
Esa proyección innovadora trasciende como esencia en la empresa Juan D. Matas Reyes. Permite el funcionamiento estable de la fábrica de cigarros más obsoleta de la nación y es salvaguarda de un oficio centenario en la Ciudad Museo del Caribe.