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Fidel Castro: “¡Esas sí son elecciones!”

Hace 50 años, el 30 de junio de 1974, Cuba vivía un una jornada histórica, se realizaron  las primeras elecciones tras el triunfo de la Revolución cubana. El pueblo de Matanzas eligió de forma voluntaria y democrática los delegados de los Órganos Locales del Poder Popular, como parte de un proceso experimental que se extendió posteriormente por todo el país.

Fidel Castro ejerce su derecho al voto en las elecciones de delegados del Poder Popular, en el municipio Plaza, 11 de octubre de 1981. Foto: Prensa Latina/ Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Aquel día se consolidaba la confianza en la Revolución y en Fidel Castro, quien ese domingo visitó la provincia para comprobar la marcha de las elecciones a los órganos del Poder Popular provincial, regional y municipal. Recorrió tres centros de votación donde intercambió con el pueblo, siendo recibido con entusiasmo y alegría.

En el mes siguiente el líder de la Revolución cubana realizó un análisis minucioso de lo que representó ese día para la patria, al hablar en el acto Central en Conmemoración del XXI Aniversario del ataque al Cuartel Moncada, efectuado en la explanada Frente al Estado Mayor del Ejercito Central, en Matanzas:

Con gran emoción expresó que se sentía regocijado puesto que: “Las elecciones que acaban de tener lugar en Matanzas han sido las más puras en la historia de nuestro país”, alegando: “elecciones sin componendas, sin fraudes, sin demagogia, sin politiquería. Nadie tuvo necesidad de aspirar, porque no fueron las aspiraciones personales las que determinaron la nominación de un candidato sino las aspiraciones colectivas. Sin campañas electorales, porque la campaña electoral aquí es la propia vida del hombre, nominado por el pueblo; su campaña electoral es su propia biografía, su conducta a lo largo de su vida, y su página de servicios a la patria”.

Sobre la masiva participación del pueblo, reflexionó: “¡Jamás se produjeron unas elecciones con tanto entusiasmo! Jamás en Cuba —ni en la época en que votaban hasta los muertos— hubo una participación de más del 90% en las elecciones. Y lo extraordinario es que esa participación de más del 90% se produjo no solo en la primera vuelta, sino también en la segunda vuelta”.

Expresó que eran una elecciones del pueblo revolucionario, donde todos estaban involucrados en su organización:

“Primera vez que en Cuba se celebran unas elecciones sin bayonetas y sin fusiles a las puertas de las escuelas. Y esto es lógico, porque estas no eran elecciones de rapiña, no era una pugna por repartirse un botín, sino las elecciones del pueblo revolucionario, organizadas por el pueblo revolucionario, y para el servicio del pueblo revolucionario, con la participación incluso de los pioneros, ayudando a organizar esas elecciones, con un entusiasmo por parte de las masas sin precedentes en ninguna otra elección en la historia de nuestro país. ¡Esas sí son elecciones!”

Fidel ejerciendo el voto el 3 de febrero de 2013. Foto: Ismael Francisco / Sitio Fidel Soldado de las Ideas

Clasificó la jornada cómo un éxito extraordinario y hizo extensiva su felicitación a todos los que participaron:

“Creemos realmente que esta fase del experimento ha sido un éxito extraordinario. Y realmente por ello debemos felicitar al Partido de la provincia de Matanzas, a las organizaciones de masas de la provincia, y a los compañeros de la Comisión Nacional que participaron en la organización de este proceso”.

En sus palabras habló sobre el importante papel del pueblo en la Revolución cubana:

“¡Nuestro recurso natural más importante es nuestro pueblo, y a ese pueblo hay que prepararlo para el futuro!

Si cuando hacemos un recuento de los puntos de partida de esta generación de 1953 hasta hoy podemos sentir alguna satisfacción y algún aliento del camino recorrido y de los éxitos logrados, eso nos debe servir, sobre todo, de estímulo para mirar hacia el porvenir y para trabajar por el porvenir de nuestro pueblo y por el porvenir de la humanidad.

Esa es la conclusión más justa que podemos sacar del recuento de todos estos años.

Nunca como ahora hemos tenido una convicción tan completa de que nuestro pueblo marchará exitosamente, marchará victoriosamente hacia adelante. No habrá obstáculos, no habrá dificultades que no sea capaz de vencer.

Este es un pueblo magnífico, y ustedes, matanceros, en estos meses y en estos días lo han demostrado, con ese caudal inagotable de entusiasmo, de energía, de cooperación, de espíritu revolucionario. La actitud de ustedes consolida nuestra confianza en la Revolución”.

A partir del año 1976 hasta la actualidad en Cuba los cubanos eligen cada 5 años a los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP). La constitución señala que es “el órgano supremo del poder del Estado” y representa “a todo el pueblo y expresa su voluntad soberana”.

La ANPP elige de entre sus diputados a quienes integran el Consejo de Estado, “órgano que la representa entre uno y otro período de sesiones, ejecuta sus acuerdos y cumple las demás funciones que la Constitución y la ley le atribuyen”.

La asamblea elige también al presidente y al vicepresidente y designa, a propuesta del presidente, al primer ministro, a los miembros del Consejo de Ministros y a otros cargos.

Sobre la particularidad de las elecciones cubana el 6 de febrero de 1993, en reunión con los candidatos a diputados, delegados a las Asambleas Provinciales del Poder Popular, cuadros del Partido y de las organizaciones de masas, de ciudad de La Habana, afirmó: “Las elecciones no constituyen un concurso de popularidad; son en todo caso, un concurso de méritos y un concurso de capacidades”.

Sobre el papel del diputado reflexionó el 15 de marzo de 1993 durante las palabras de clausura de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su IV Legislatura: “Un diputado debe hacer todo lo que pueda por su país; pero el diputado debe hacer todo lo que pueda por su distrito, y cuando no pueda hacer nada, hablar con los electores cada vez que pueda y explicarles qué se hace y qué no se hace. Constantemente hay que estar dando explicaciones”.

Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado, sobre el rol del delegado apuntó:

“El delegado no es la máxima autoridad de la circunscripción, la máxima autoridad de la circunscripción son los electores, el delegado es un representante que debe canalizar la participación del pueblo, no solo en la solución de los problemas de la circunscripción sino también en los problemas del Gobierno, y la participación en el Estado.

Fidel decía que el delegado era héroe del barrio porque en las condiciones nuestras además de representar a la población, sin cobrar, también tiene que trabajar, es obrero, y así lo reconocen los electores”.

Las elecciones realizadas de manera experimental en Matanzas marcaron un hito en la Historia de Cuba, consolidando la unidad y la determinación del pueblo en su camino hacia la justicia social y la igualdad.

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