El 7mo Encuentro de Arroz y el 3er Simposio de Granos comenzó el miércoles en La Habana con el manifiesto propósito de respaldar desde la ciencia y la innovación a la voluntad del Gobierno revolucionario de recuperar las cosechas nacionales y con ello una mayor soberanía alimentaria.
En la factura de unos 2 mil millones de USD anuales que destina Cuba a la importación de comestibles, una buena parte se dedica a la compra del cereal y frijoles, componentes básicos en la dieta de los cubanos, así como a maíz destinado a elaborar piensos.
Afirmó que el Encuentro y el Simposio «pretenden ofrecer a todos las experiencias acumuladas en las investigaciones agrícolas en los últimos años y sistematizar que los resultados y prácticas se generalicen, formando parte de las actividades agrícolas e industriales de la producción de arroz y granos en nuestro país «.
En la apertura de ambos eventos en el capitalino hotel Palco estuvieron presentes el excelentísimo Le Quang Long, embajador de Vietnam en Cuba, y Ashida Tatsuya, representante residente de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA por sus siglas en inglés).
Ambas naciones asiáticas, con una milenaria tradición arrocera, desarrollaron en Cuba proyectos para incrementar la productividad del cereal mediante capacitación técnica a especialistas y el uso de variedades superiores, más adecuadas a cada área de cultivo, además de la entrega de equipos y maquinaria.
A las reuniones asisten directivos del Ministerio de la Agricultura, científicos, investigadores, extensionistas y productores quienes debatirán, entre otros temas, sobre las experiencias sobre el mejoramiento genético, agroecología, manejo de suelos, ingeniería agrícola y pos cosecha.
«En época de tener los insumos necesarios, en las 13,42 hectáreas que tengo coseché hasta 11 toneladas en cada una», señala y agrega, «gracias a lo aprendido con los investigadores del instituto en estos tiempos de carencias logro 7 y 8 toneladas».
Por su parte, Daysbel Toledo Díaz, director de Ciencia, Innovación y Desarrollo del Instituto de Investigaciones de Granos, mencionó el desarrollo de variedades cubanas que pueden ser cosechadas a los 100 días de sembradas, lo que permiten tres cosechas al año con adecuados rendimientos.
Son resultados y prácticas que pueden contribuir a la recuperación paulatina de las cosechas de arroz y granos en Cuba, pese a la escasez de insumos y combustible por la compleja situación financiera del país y el impacto del recrudecido bloqueo.
En 2018 la producción del cereal superó las 300 mil toneladas, mientras que en el actual serán alrededor de la mitad de esa cifra. Cuba demanda anualmente unas 700 mil toneladas para la canasta familiar normada, el consumo social y otros destinos.