El presidente brasileño Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aplaudió hoy la liberación del periodista australiano Julian Assange, fundador de la plataforma de información WikiLeaks, y calificó el hecho de victoria democrática.
El mundo es un poco mejor y menos injusto hoy Julian Assange es libre después de mil 901 días en la cárcel. Su liberación y regreso a casa, aunque tardíamente, representan una victoria democrática y la lucha por la libertad de prensa», escribió Lula en la red social X.
Assange salió de la cárcel en el Reino Unido el lunes después de llegar a un acuerdo con la justicia de Estados Unidos para declararse culpable en cargos de espionaje.
Como el tiempo de condena ya se cumplió en la «prisión preventiva», fue puesto en libertad.
Desde 2010, Lula defiende al comunicador en declaraciones públicas, cuando WikiLeaks comenzó a divulgar documentos secretos de gobiernos y el fundador fue arrestado.
El 19 de mayo, el exsindicalista pidió nuevamente su libertad. «Espero que termine la persecución contra Assange y vuelva a tener la libertad que merece lo más rápido posible», rasgueó en X, en aquella ocasión.
Consideró que el australiano debería haber sido premiado por revelar «secretos de los poderosos» en lugar de estar preso.
Anteriormente, Lula denunció en junio de 2022 que los verdaderos criminales son los espías de Estados Unidos que tuvieron sus actividades filtradas por WikiLeaks.
Si alguien cometió un crimen, fue quien, en nombre de Estados Unidos, estaba espiando al planeta Tierra, espiando a otros países, incluso «espiando a nuestra (empresa petrolera) Petrobras, incluso accionando nuestra Petrobras luego del descubrimiento del presal (áreas profundas de reservas petrolíficas)», remarcó.
A partir de 18 cargos relacionados con supuestas violaciones de la ley de espionaje que se le imputan, Assange pudo ser condenado a 175 años de cárcel.
Entre otros detalles, los documentos de WikiLeaks revelaron que el ejército estadounidense mató a cientos de civiles durante la guerra de Afganistán en incidentes no revelados anteriormente.
Según información confidencial de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos y de WikiLeaks en 2015, también funcionarios estadounidenses espiaron en Brasil al gobierno de la entonces presidenta Dilma Rousseff (2011-2016).
Un total de 29 teléfonos de miembros y exintegrantes de su gestión fueron intervenidos. Rousseff enfrentó en 2016 un golpe parlamentario judicial que la sacó del poder.