Cuando el mundo trata de ponerse de acuerdo para reducir los plásticos de un solo uso y la contaminación que generan e incrementar el reciclaje, la Empresa de Recuperación de Materias Primas (ERMP) de La Habana ha encontrado nuevos caminos para el plástico.
Los desechos de varios tipos de plástico que antes se vendían sin más, hoy constituyen materias primas para la producción de diversos rubros para la plomería y el hogar.
De acuerdo con Sadie Jiménez, directora de comercialización de la ERMP capitalina, que atiende todas las unidades empresariales de base (UEB) de ventas de productos reciclados y terminados, el cambio comenzó
hace unos tres años con una producción cooperada junto a un trabajador por cuenta propia (TCP) que contaba con el equipamiento para la fabricación de tuberías de diferentes medidas.
Nueva vida a los desechos
Con la adquisición de esos equipos, asumieron esa labor como propia y, en 2023, tuvieron 150 clientes para ese producto, que reportó ingresos por 32 millones de pesos. En 2024, ya suman 73 los contratos para ese producto, que sustituye importaciones y tiene amplio uso en el sector de la vivienda, la agricultura y el
sector no estatal, dijo Darío Luis Fonseca Aldana, director de la UEB Textil, plástico y sus derivados. “Nuestra unidad básica, que comenzó con un plan de cerca de 100 000 pesos, vio crecer sus producciones
con la fabricación de las tuberías”.
Esa no es su única vía de emplear el plástico reciclado. Otro camino es la entrega de materias primas recicladas a trabajadores por cuenta propia para la elaboración de artículos como platos, vasos, cubos, conexiones, percheros y pozuelos, entre otros. Además, “un equipo multidisciplinario de nuestra empresa trabaja en los proyectos para comenzar la producción de la llamada madera plástica. En la medida en que nuestra unidad básica pueda desarrollar sus productos internos, nos evitamos vender el plástico que se recupera a otras entidades, TCP y otros actores encadenados con nosotros”, lo que genera independencia productiva a la UEB. Para sus producciones, demandan mensualmente unas 12 toneladas de plástico “y en la medida que haya más recuperación, vamos a tener mayor producción”, aseguró Fonseca Aldana.
Además de las ventas al por mayor por contrato, la empresa cuenta con una tienda en el barrio La Guayaba, en el Cerro, donde comercializa estos surtidos de forma minorista. A su vez, previo acuerdo
con las autoridades municipales, los llevan a diferentes ferias.
Conversión de desechos
Tras entrar a la planta, el primer paso del proceso es el pesaje y luego la clasificación en siete tipos de plástico: PET, polietileno de alta y de baja densidad, PVC, polipropileno, ABS y poliestireno. Luego, los de alta densidad y de inyección, que junto a algunos PET se emplean en las tuberías, van al molino, y el resto se prensa. Los PET los entregan a los TCP para los vasos y platos.
“Antes, no se hacía nada con eso. Aquí prácticamente toda la materia prima se recibía y se vendía, porque no estábamos encadenados”, sostuvo. Las producciones han generado mayores ingresos para quienes trabajan en la UEB, de cerca de 3 000 a unos 10 000.
Según declaró Miguel Palmero, operador de máquina de inyección de plástico, “la producción nos mejora a nosotros porque mejora la calidad de vida y a la población también, porque adquieren un producto de calidad, con un precio más asequible”.
Con 18 trabajadores la ueb tiene en 2024 un plan de 32 millones. Gran parte de esos ingresos lo generan las tuberías, cuya calidad ha sido certificada por el Ministerio de la Construcción y, actualmente, también
las analiza Aguas de La Habana, explicaron. Por otra parte, dijo la directora comercial, lo más importante es la satisfacción de los clientes, que se refleja en las encuestas y en que siguen solicitándolas. (Raquel Sierra Liriano / Tribuna de La Habana)
De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas, el 91 % de todo el plástico es de un solo uso. El ritmo de producción masiva adoptado desde que se popularizó hace unas seis décadas ha resultado en 8 300 millones de toneladas métricas de contaminación por plástico.