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Pinar envejece

El 22,3 por ciento de la población cubana supera las seis décadas de vida, en Pinar del Río representan el 23,03 de los habitantes de la provincia, lo que la coloca como la cuarta más envejecida del país.

Juegos de mesa forman parte de las actividades cotidianas en las Casas de Abuelos. Foto de Pedro Paredes Hernández

La ciudad capital, Minas de Matahambre y Consolación del Sur figuran como los municipios con una tasa superior al promedio.

De los 132 mil 70 pinareños mayores de 60, el 16 por ciento vive solo, más de un tercio de ellos clasifican como vulnerables lo que requiere una visión diferenciada en las comunidades. Reciben asistencia domiciliaria,10 mil 577 y 60 mil 543 están integrados a los círculos de abuelos, de los cuales existen 838 en el territorio.

La doctora en ciencias de la Educación Médica, Nora María Lemus Fajardo, especialista de primer y segundo grado en Geriatría y Gerontología y presidenta de la Sociedad Científica de estas especialidades en la provincia, señala que la vulnerabilidad de los adultos mayores está dada por envejecer sin una infraestructura que lo apoye.

La insuficiente disponibilidad de asistentes en hospitales, hogares de ancianos y casas de abuelos recarga de trabajo a otros especialistas que intervienen en el cuidado de los ancianos. Foto de Pedro Paredes Hernández

Resalta que necesitan de un confort de medicamentos, alimentación y avituallamiento, y que por la compleja situación del que no se trata sólo de preparar al personal de la Salud, sino a toda la sociedad para enfrentar a nivel de familia y comunidad este reto.

Al respecto comentó se sigue construyendo con pisos resbaladizos, barreras arquitectónicas, sin tener en cuenta la colocación de pasamanos y esos son elementos que ayudan a los ancianos a preservar su movilidad e independencia.

Las Casas de Abuelos constituyen una alternativa para mejorar la calidad de vida de los ancianos y que las personas económicamente activas en las familias puedan seguir contribuyendo a la sociedad, existen 16 en el territorio, pero  sólo Viñales y La Palma cubren la totalidad de las capacidades disponibles, lográndose una cobertura promedio en la provincia de 63,12 por ciento, una de las fortalezas de este programa es contar con un centro especializado en el cuidado de ancianos con deterioro cognitivo.

Aunque dispongan de cuidados en diversas instituciones la ausencia de los seres queridos es una carga más pesada que los años. Foto: Pedro Paredes Hernández 

El doctor Joel Torres Antigua, especialista en Medicina Familiar y jefe del Área de Atención Integral al Adulto Mayor en la Dirección General de Salud de la provincia, destaca la migración como un fenómeno que impacta negativamente sobre el cuidado de los ancianos, insistió en que ante el reto actual se precisa intersectorialidad para que, en el barrio o lugar de trabajo, porque muchos se mantienen activos, cuenten con apoyo.

Hay pendientes 60 solicitudes de plazas para hogares de ancianos, que no se les puede dar respuesta porque no hay capacidades disponibles, incrementar estas, así como las de las salas hospitalarias especializadas en geriatría se encuentra entre las proyecciones del programa de atención al adulto mayor.

Ante la actual tendencia demográfica es prioridad la labor de promoción, tanto para concienciar a las nuevas generaciones con la responsabilidad de cuidar su ascendencia como para crear desde la infancia hábitos saludables que les permitan envejecer y llegar a esa etapa de la vida con calidad de vida.

Torres Antigua, precisa que dentro del enfoque educativo se insertan los centros integrales en los que puedan interactuar desde niños hasta ancianos.

El rol de las familias en el cuidado de los adultos mayores es vital, pero como sociedad hemos de enfrentar este problema asumiendo que hay que crear una red de prestaciones que no reduzcan los aportes de los más jóvenes porque tengan que asumir las funciones de cuidadores.

Vivimos momentos difíciles, no saldremos a flote en breve; somos una nación envejecida y quienes acumulan más años no disponen del tiempo necesario para la espera, ni las fuerzas para la entrega que demanda el presente; con sus energías nos trajeron hasta aquí, busquemos maneras como país de hacerles más llevadero el ocaso de la existencia y asegurarles una vejez digna.

 

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