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Vilma, ejemplo de patriotismo, dignidad y lealtad a la Revolución

La Heroína de la Sierra y el Llano, la combatiente de la Revolución cubana, Vilma Espín Guillois, mantuvo durante su fecunda vida al servicio de la Patria una actitud solidaria, valiente y de contribución a la emancipación de la mujer y a la justicia social.

 

Foto: Archivo de Tribuna de La Habana

Graduada en la Universidad de Oriente como ingeniera química se convirtió en una de las dos primeras egresadas mujeres en esa especialidad, al tiempo que fue también de las más activas durante las protestas organizadas por la Federación Estudiantil de la Casa de Altos Estudios contra los desmanes de la dictadura.

En la lucha clandestina de los años 50 de la pasada centuria se destacó como brazo derecho del joven líder Frank País, del Movimiento 26 de Julio que combatía la tiranía impuesta por Fulgencio Batista. Entonces tenía de seudónimo Deborah, y alcanza la condición de guerrillera del II Frente Oriental, sin dejar su rol de coordinadora además, en zonas urbanas de la provincia oriental con las montañas de la Sierra Cristal.

Con el triunfo del primero de Enero de 1959 se mantuvo presta a cumplir cualquier misión a ella encomendada, a la par que gestaba un proceso de dignificación de las cubanas, generalmente antes vistas solo como objeto de placer con la estratificación en clases, razas y género de la entonces sociedad capitalista.

Uno de sus rasgos más distintivo era su sencillez y amor a la Patria que ayudó a salvaguardar con su obra en defensa de la independencia y contra todo vestigio de colonialismo, neoliberalismo e imperialismo, sistemas de dominación y hegemonismo imperantes aún, en tierras del mundo.

Con igual pujanza laboró incansablemente por la igualdad y la no violencia, de manera que las mujeres tuvieran los mismos derechos laborales y civiles que los hombres, y promovió legislaciones y códigos a favor de las madres en proceso de maternidad, los niños, la juventud y sus cuidados.

Vilma es la responsable máxima del desarrollo integral de las mujeres en la Isla. Las féminas cuentan hoy con una organización como la FMC (surgida el 23 de agosto de 1960) gracias a su empeño por proteger e integrar a las cubanas a todas las estructuras políticas, sociales y económicas del país.

Foto: Archivo de Tribuna de La Habana

Fue la creadora de los Círculos Infantiles para apoyar a las trabajadoras que precisaban de atender a sus pequeños y favorecer su incorporación plena a centros de estudios y trabajo. Así mismo ayudó a potenciar instituciones con semi-internados y becas para quienes lo requerían con el fin de dar continuidad a su accionar socialmente útil.

Por su fortaleza y voluntad de vencer cada desafío, el máximo líder Fidel Castro confió siempre en sus realizaciones. La Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), entre otras tareas que le fueron asignadas por el Partido y el Gobierno mantuvo igual disposición y entusiasmo en su cumplimiento, y profesó una profunda lealtad y admiración por el Comandante en Jefe y también por su compañero de lucha y de vida, el General de Ejército, Raúl Castro.

Esta gran mujer, Vilma Espín Guillois, falleció el 18 de junio de 2007, pero legó a las mujeres, a los jóvenes y al pueblo en general, el mismo valor y altruismo de aquellas otras heroínas que le antecedieron; la madre de los Maceo, Mariana Grajales, y muchas otras que durante décadas derramaron su sangre por la libertad de Cuba.

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