Icono del sitio Trabajadores

La virtud de ir avante

La importancia de no perder el “know how” en las especialidades que requieren de una alta calificación constituye una inquietud del colectivo. Foto: Jorge Luis Sánchez

Si alguna frase del argot marinero puede iden­tificar la fortaleza de los trabajadores de la em­presa Caribbean Drydock Company (CDC) es la de ir avante cuando con denuedo, tenacidad y estoicismo llevan a cabo servicios de construc­ción, montaje, remodelación, reparación y man­tenimiento de buques y otros medios navales.

Asumen tales misiones contra viento y marea ante escollos de carácter material y, pese a las dificultades, garantizan que retornen a navegar las embarcaciones nacionales o extranjeras que lo soliciten a esta entidad, sede del acto nacional por el Día del Trabajador Marítimo-Portuario el 14 de junio, y ubicada en la localidad de Casa­blanca (municipio de Regla).

Al ofrecer algunos de los resultados más re­cientes, Francisco Batista Pérez, jefe de repara­ciones navales, se refirió a acciones realizadas en buques de mediano a gran porte que por me­dio del cabotaje colaboran con la distribución de renglones de la canasta familiar normada y en barcos transportadores de fueloil alrededor de Cuba.

También aludió a las labores de atención al puente de hierro sobre el río Almendares, al túnel de la bahía y a los que enlazan a los mu­nicipios de Plaza de la Revolución y Playa, el mantenimiento a generadores eléctricos en el transporte ferroviario y la reconstrucción del paso peatonal de acceso al hospital Luis Díaz Soto, en La Habana del Este, entre otras acti­vidades.

“Este astillero —significó— cuenta con el mayor dique seco del país y el medio de varada más grande de una parte de las Américas”.

Añadió que las capacidades productivas de CDC son incalculables en la medida en que dis­pongamos de fuerza de trabajo, un elemento que hoy incide desfavorablemente en el colectivo de­bido a la migración de personal hacia el sector privado por motivos salariales; no obstante esti­ma que el año 2023 fue bastante productivo con las reparaciones a naves extranjeras.

Aquí hay obreros que son reliquias por la experiencia adquirida, afirmó Yordanys Rome­ro Pazos, técnico de nivel medio en Construc­ción Naval y jefe de brigada. Puso como ejem­plos Rubén Darío Casas Tamayo, especialista en recuperación de piezas de repuesto, con más de cinco décadas de permanencia en su puesto de trabajo, y Omar González Juvier, técnico-mecá­nico naval, de 67 años de edad.

Ellos alertaron sobre la importancia de no perder el know how en las especialidades que requieren de una alta calificación dada la com­plejidad que las caracteriza y la calidad exigida por normas internacionales.

Recordaron con satisfacción la reciente res­tauración total de las propelas (hélices) del fe­rry Perseverancia tras 18 días de ardua tarea, la cual permitió reanudar la transportación de vehículos y pasajeros en la ruta Nueva Gerona-Batabanó, que estuvo interrumpida durante va­rias semanas.

“Fue una gran muestra de la capacidad y voluntad del pequeño grupo que participó en la reparación y lo logramos en marzo de este año con los pocos materiales que teníamos y a pesar de la falta de personal”, añade Rubén Darío.

Catalogada como Sociedad Anónima con capital 100 % cubano, la empresa también realiza actividades secundarias relacionadas con servicios de metrología, venta mayoris­ta de oxígeno y acetileno, sustitución, repara­ción y mantenimiento de válvulas y cilindros, así como su arrendamiento, según especifica George Balmaseda Puentes, asesor jurídico.

No resulta casual escuchar a Omar cuando se refiere a la potencialidad del colectivo para “asumir con valentía y corazón cualquier tarea en la que se le necesite”.

Una expresión quizás de origen marinero asegura: “Barco varado no gana flete”, pero vale decir que barco reparado sí por los beneficios que reporta a la economía nacional y al colecti­vo. Es un precepto con indeleble arraigo entre quienes allí entregan esfuerzos y energías.

Compartir...
Salir de la versión móvil