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Thalía ahora “luce” otra toga

Verla tan joven en su función judicial, máximo orgullo de quienes ejercen con disciplina, pasión y sabiduría el oficio de abogacía, reafirma su sueño profesional: recibir, algún día, la distinción de juez de la República.

 

Thalía de la Caridad Ramírez Pérez perdió frente al estrado la timidez al dirigir una audiencia. Foto: Gloria Morales Campanioni

Con elegancia luce su toga, su juventud no la aparta de esa integridad característica de los juristas, cuyos principios responden a un sistema judicial con legitimidad y confianza.

Comenzó su adiestramiento en febrero del 2023, con la guía de dos tutoras experimentadas, de quienes ha «bebido» sus savias porque, aunque la carrera de Derecho te aporta herramientas, la práctica es fundamental.

Thalía de la Caridad Ramírez Pérez es su nombre y fue la recomendada al indagar por una jueza joven para entrevistarla. Me habla de su pasión por los procesos penales, al igual que la materia civil, de esa adrenalina cuando está en colegiación con otros homólogos, de donde ha aprendido la necesidad de leer e investigar mucho, buscar la «pelusa de la contra pelusa» como le reitera Saili, una de sus tutoras.

 

Disfruta estar en la sección mixta del Tribunal Municipal Popular, donde lo mismo abarca lo laboral, administrativo, mercantil, familia o civil. Foto: Gloria Morales Campanioni

Sus ojos de humedecen cuando habla de momentos difíciles: los relacionados con la guarda y cuidado de menores y los procesos penales. Sabe usar la discreción como principal vehículo, ni en la casa comparte interioridades de su labor, aunque, en ocasiones, algún que otro nombre le sean cercanos del barrio.

Madruga si quiere adelantar las sentencias, no le gusta tener atrasos. Su timidez la perdió ya en su tercera audiencia: sala llena, los nervios a flote, hablaba rápido, al mandar a levantar a las personas las dejó de pie sin aun terminar el acto; igual olvidaba la firma de los testigos, a los jueces legos los dejaba fuera y empezaba la audiencia sin ellos, así hasta reiterados «regaños», el tribunal es su primer trabajo.

¿Cómo llegas al mundo del Derecho?

Desde pequeña, mientras otros querían ser maestros, la primera profesión por la cual se inclina uno, yo decía: seré abogada o doctora, al terminar el duodécimo grado por ambas, pero la primera me “enganchó”.

¿Siempre supiste que quería ser jueza o tenías otra inclinación profesional?

Mientras cursaba la carrera quería ser asesora jurídica de empresa, tenía errada la idea de los vericuetos del Derecho, además de pensar en cierta flexibilidad con las cargas de trabajo y horarios. Esa impresión quedó atrás cuando mis profesores guías me aconsejaron probar el tribunal y así tener un conocimiento más amplio de las demás ramas.

Así inicié como jueza el seis de febrero del 2023, una vez graduada, en el Tribunal Municipal Popular de la Isla de la Juventud, donde roté por la materia penal y al final, por decisión propia, decidí quedarme en la sección mixta, la cual abarca varias aristas: laboral, administrativo, mercantil, familia y civil, nuevas para mi porque la práctica preprofessional no es lo mismo de lo teórico y así pude nutrirme de conocimientos y estudiar más.

¿Ha sido complejo lidiar con la alta responsabilidad de ser jueza, y ahora madre?

Sí. Ser jueza joven y de cierta manera inexperta por el corto tiempo laboral, obliga afrontar problemas ya sea en mi trabajo o en mi vida personal. Al principio creí que era demasiada responsabilidad, tenía solo 22 años.

Otros jóvenes de mi edad y grupo de la Universidad estudiaban con la guía de sus tutores, mientras yo estaba sentada en un estrado, ese lugar simbólico y de respeto de celebración de actuaciones judiciales, donde se sitúan el juez o los magistrados, el secretario judicial, y los abogados.

Me crezco cada día al saber que una decisión equivocada puede perjudicar o beneficiar el futuro de personas con un problema legal o litigio, estudio mucho, sobre mis hombros tengo el deber de darles solución.

Confieso, a veces, he tenido miedo equivocarme, pero es un trabajo colegiado, sin contar la experiencia de mis dos tutoras, otros compañeros del centro y de mi familia, la cual creyó en mi capacidad.

¿Qué características profesionales y personales deben distinguir a un juez cubano?

Justo, imparcial en el ejercicio de su función, responsable, sensibilidad, prudencia, conocimiento de causa y del Derecho, conciencia social y compromiso personal de formación continuada, profesionalidad, buen porte ante la sociedad, ya sea en el centro de trabajo como en lo personal, respeto, sacrificado, revolucionario, entre otras.

¿Qué le apasiona a Thalía, además de impartir justicia?

Compartir con mi familia, ver películas, disfrutar ahora cada momento con mi bebé

¿Cuál ha sido su mayor logro durante este tiempo que ha fungido como jueza?

Perder la timidez, era muy callada, ser jueza me ha obligado a comunicarme mejor sin temor a hablar en público y dirigir una audiencia con confianza

¿Si pudiera darle algún consejo a las nuevas generaciones de jóvenes que aspiran a ser jueces, cuál sería?

Primero desterrar ese pensamiento erróneo del papel del juez o de trabajar en un tribunal; tal vez lo vean complicado, aburrido, piensen se hizo para personas mayores o crean no tendrán tiempo para ninguna otra actividad, incluso divertirse.

Ahora tengo 23 años, cuando culmino mi labor a las cinco y media, llego a la casa y dejo atrás el trabajo, a veces son jornadas muy densas, por eso despejo, lo mismo salgo con mis amistades que busco mi propio entretenimiento.

¿Cómo es un día de Thalia en su centro de trabajo?

Mis compañeros me han caracterizado como intensa y rápida, no pierdo tiempo ni acumulo trabajo. Llego temprano, tomo mi cafecito y empiezo a tramitar procesos; igual hago con las sentencias, aunque tenga cien procesos, las sentencias tienen que salir con su término porque las personas quieren la solución de sus problemas lo más pronto posible. Me place ir al Tribunal.

 

Considera que un juez debe ser justo, imparcial en el ejercicio de su función, responsable, sensible, prudente,profesional. Foto: Gloria Morales Campanioni

¿Tiene algún vínculo familiar con el Derecho?

No. Mi familia trabaja en el Inder, desde pequeña he escuchado hablar de deporte; mi papá: graduado de Cultura Física y metodólogo de baloncesto; mi mamá; egresada de igual disciplina y profesora principal de actividad física comunitaria en el gimnasio Arturo Lince González; ellos pensaron verme involucrada en sus profesiones.

Hoy Thalía está disfrutando de su etapa como madre. Desde el 19 de abril carga en sus brazos a Gael García Ramírez, su hijo. Igual que su pasión por las audiencias disfruta esta etapa aunque no deja de «querer» lucir su toga, ahora luce su arista de mamá.

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