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Bibliotecas, instituciones de la memoria

La primera biblioteca pública de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana fue la Biblioteca Histórica Cubana y Americana, inaugurada en 1938 con fondos documentales donados por Emilio Roig y otros intelectuales que ya venían pensando cuál era la mejor manera de compartir los saberes acumulados en libros.

 

Foto: Archivo

Con ese fin habían creado, en 1936, la asociación Amigos de la Biblioteca Nacional. De las colecciones personales de los miembros de ese grupo salieron muchos de los textos que enriquecieron la naciente institución habanera.

 

La Biblioteca Histórica Cubana y Americana “Francisco González del Valle” fue inaugurada en 1938 con fondos documentales donados por Emilio Roig y otros intelectuales. Foto: Cortesía de Patrimonio Documental de la OHCH

Uno de esos donantes y entusiastas fundadores fue el abogado y profesor Francisco González del Valle (1881-1942), quien además testó que el destino final de todos sus libros fuera el centro fundado por Roig, deseo que fue cumplido. Es por eso que a partir de 1944 su nombre quedó enlazado, para siempre, al espacio que atesora gran parte del patrimonio documental de la OHCH.

La colección de la Biblioteca Histórica Cubana y Americana “Francisco González del Valle” siguió creciendo con el tiempo gracias al aporte altruista de otros intelectuales y familias habaneras. También compraron libros y publicaciones periódicas, entre ellas las revistas Carteles, Social y El Fígaro.

La primera sede estuvo en la planta baja del Palacio de los Capitanes Generales, en el entonces Palacio Municipal, hoy Museo de la Ciudad. En 1947 la Oficina se trasladó hacia el Palacio de Lombillo, en la Plaza de la Catedral, y llevó consigo a la Biblioteca, junto al Archivo Histórico Municipal, la sección de Publicaciones, y el Museo Municipal de la Ciudad de La Habana.

Una breve nota del Dr. Eusebio Leal Spengler, publicada en el boletín Cartelera (Cuba, junio del 1994) y compartida años atrás por Grisel Terrón Quintero, directora de Patrimonio Documental, deja en claro el vínculo medular entre esas instituciones: “Con dedicación y entrega absoluta, el Historiador de la Ciudad sentó las bases del Archivo Histórico reuniendo las actas capitulares del Ayuntamiento de La Habana a partir de 1550. Creó la Biblioteca Cubana y Americana “Francisco González del Valle” tomando de estos fondos delicados y preciosos, elemento de juicio para crear una excelente colección de publicaciones. A esta obra, por su naturaleza ímproba, se agregó más tarde -en 1940- el Museo de la Ciudad de La Habana y estas fueron las claves que han sustentado hasta nuestros días la proyección cultural de nuestra institución.»

“La semilla esparcida por el primer Historiador de La Habana, germinó en una larga tradición de atención y cuidado al patrimonio documental y en la proliferación de bibliotecas en La Habana Vieja”, aseguró Terrón en aquella ocasión.

 

Foto: JR

Desde el año 2008, cada 7 de junio se festeja el Día del Bibliotecario Cubano en conmemoración al natalicio del distinguido bibliógrafo Antonio Bachiller y Morales. A propósito de la fecha la Oficina del Historiador prepara una jornada de varios días que tiene entre sus propósitos recordar la vocación de servicio público con que nacieron estas casas del saber. También buscan homenajear a quienes han consagrado sus vidas a la profesión de bibliotecario.

Bibliotecas de hoy

Gabriela Chamizo, subdirectora de Patrimonio Documental de la OHCH, explicó a esta reportera que el Centro Histórico cuenta con “un Sistema de Bibliotecas Especializadas integrado por casi una veintena de ellas, representativas de diversas temáticas y formatos documentales, las cuales se encuentran ubicadas en Museos, Casas-Museos y Centros Culturales”.

El rol fundamental de estas instituciones de la memoria es salvaguardar el patrimonio documental atesorado en sus fondos. Para ello, sus especialistas desarrollan acciones propias de la gestión documental, así como prácticas más novedosas, todo con el fin de difundir el patrimonio conservado y ofrecer un acceso más universal, afirmó.

Chamizo comentó que las bibliotecas especializadas en la Oficina del Historiador responden a la razón de ser de los espacios que las acogen. Por ejemplo, la biblioteca “Alfonso Reyes” está centrada en cultura mexicana pues su sede es la Casa-Museo de México; la biblioteca “Don Fernando Ortiz” sirve de referente para estudios sobre la cultura cubana y la influencia africana, y está enclavada en la Casa Museo de África.

El sistema lo integran además la Biblioteca Histórica Cubana y Americana “Francisco González del Valle”, la más antigua y rectora metodológica de las demás; así como la Biblioteca Infantil “Antonio Bachiller y Morales”, con múltiples propuestas para los más pequeños; y la Biblioteca Pedagógica “Félix Varela” especializada en educación, entre otras.

Los cambios tecnológicos de las últimas décadas han impactado profundamente en los modos de acceder al conocimiento y en el trabajo de las bibliotecas, por ello “la digitalización documental se ha convertido en una de las prioridades de la subdirección de Patrimonio Documental con vistas a la conservación de los soportes analógicos, el acceso universal de la información y la creación de un nuevo patrimonio digital”.

“Dicho proceso es llevado a cabo por el Grupo de Transformación Digital de la Dirección de Bienes Patrimoniales de la OHCH, de conjunto con bibliotecarios y archiveros, explicó, y ello ha tenido un efecto positivo en las bibliotecas. Uno de los resultados más destacados ha sido la creación de un repositorio documental, que facilita el acceso a las colecciones documentales de nuestras bibliotecas especializadas”.

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