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Pineros rememoran primera visita de Fidel después del 59′

Los pineros rememoraron este jueves la primera visita del Líder Histórico de la Revolución cubana Fidel Castro Ruz a la entonces Isla de Pinos, encuentro donde investigadores, educadores, dirigentes, estudiantes y pueblo en general, «brindaron» otra vez por no dejar morir la historia.
Fotos: La Autora

 

El intercambio, sostenido esta mañana en el Museo Municipal, devino clase magistral de Historia, con el protagonismo del MsC. Roberto Únger Pérez, Historiador de la Ciudad, quien invitó a los presentes en la Jornada Científica por el aniversario 65 de la primera visita de Fidel después del triunfo revolucionario, a seguir investigando de dónde venimos y hacia dónde vamos.
Con las mismas referencias de Nancy Ramírez Ramos,  presidenta de la filial de la Unión de Historiadores de Cuba en la Isla de la Juventud, el pedagogo Únger Pérez, habló de que esta isla joven en su evolución, fue preocupación del país por los hilos históricos que guarda, acervo cultural y moral de nuestra identidad.
Anécdotas, investigaciones, recuerdos, imágenes, fueron fuentes de este intercambio, a 65 años de aquella efeméride, cuando Fidel, después de triunfada la Revolución,  en su discurso del 6 de junio de 1959 expresó: “Por fin Isla de Pinos puede iniciar una historia nueva y una historia enteramente cubana.”
En aquella ocasión de 1959, Fidel Castro, a raíz de la victoria volvió a la entonces Isla de Pinos como Jefe de la Revolución, jornada que alumbró una  nueva alborada para sus 11 mil habitantes, todavía adormilados por el estupefaciente del subdesarrollo y la sombra gravitante del Presidio.
A 65 junios transcurridos hoy, se habló de cómo la generación eléctrica no sólo sobrepasó en cien veces su crecimiento, sino que llega hasta los más apartados asentamientos, el turismo amplía horizontes y se diversifica la economía con nuevos renglones.
Tales logros son exponentes que permiten afirmar que la segunda ínsula cubana nació realmente en 1959 en alumbramiento con Fidel en aquella primera visita a Isla de Pinos tras la victoria, el seis y siete de junio.
Después de dialogar con el pueblo, profundizar en el abandono de la región y advertir sus potencialidades, trazó un programa integral, sin precedente, para el despegue económico y social.
No se hizo esperar el avance en redes hidráulicas y la industria sin humo fue fruto, precisamente, de las líneas orientadas por el entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, entre las que estaban, además, la construcción de la carretera hacia el sur aislado, concluida apenas meses después, y del sistema de aguas albañales de Nueva Gerona y Santa Fe.
Los planes ganaderos, fomentados de inmediato al servicio del pueblo en los latifundios recién intervenidos, las rebajas del costo del pasaje por barco y avión, aplicadas con prontitud, el traslado del Presidio y la eliminación de la Zona Franca, hecha efectiva horas después, el ocho de junio, por Ley que puso fin al sucio status creado por Batista para encubrir el sombrío negocio con la mafia yanqui.
Como bien se apunta en los archivos históricos, durante el día seis sobrevoló el territorio pinero y Cayo Largo del Sur, apreciando las potencialidades que había para el desarrollo del Turismo. Además, realizó precisiones sobre las propiedades tanto de tierras como de instalaciones y negocios que tenía la burguesía nacional y pinera aquí, lo cual requería un análisis más específico, ya que en la práctica todo eso estaba signado y enriquecido por la presencia de la Zona Franca y Turística de isla de Pinos que había sido creada a inicio del último lustro del siglo XX.
Esta primera visita cambió para siempre el rumbo de esta ínsula con las nuevas ideas y proyectos encauzados por la naciente Revolución en un territorio casi despoblado, con una Zona Franca al estilo Norteamericano que marcaba la presencia del imperio aquí, la cual  no pretendía en lo absoluto beneficiar el desarrollo económico-social ni los nuevos proyectos que se emprenderían
Y sí constituía una muestra fehaciente del objetivo que perseguía el tirano Fulgencio Batista de convertir a este territorio en su garito con suculentos negocios, para robustecer sus bolsillos y los de su cómplices.
Cuentan, al decir de los historiadores reunidos en la Jornada Científica, que como los pineros ya habían conocido por rumores de la presencia de Fidel en la Isla se fueron reuniendo poco a poco frente al antiguo ayuntamiento, hoy museo municipal, en el que supuestamente Fidel le hablaría al pueblo, y así fue.
Muchos pineros de entonces han recordado por años ese acontecimiento, en el que se hizo el primer plebiscito de la Revolución, (no contemplado) y a mano alzada a la propuesta de Fidel fue abolida la Zona Franca, era abolida la presencia yanqui y monopolizadora en la Isla, y con las medidas anunciadas, y el inicio del Plan mínimo de desarrollo con 11 tareas urgentes que constituyeron la prioridad en lo adelante, y como bien se apunta: Isla de Pinos inició una nueva historia verdaderamente cubana.
Con anterioridad Fidel había estado en múltiples ocasiones; la primera fue cuando joven, en la otrora Isla de Pinos en abril de 1946, vino como estudiante de la Universidad de La Habana, de la carrera de Derecho junto a estudiantes de Antropología, para realizar estudios de los tipos delictivos y el régimen penal vigente, ya que existía desde 1931 el Presidio Modelo.
En esa ocasión se lleva la imagen directa de cómo los gobiernos serviles a España y a los Estados Unidos convirtieron a Isla de Pinos en una cárcel.
En una segunda ocasión viene como preso político para el llamado Presidio Modelo, reconocido desde 1938 como Reclusorio Nacional para Hombres. Permanece desde el 17 de octubre de 1953 hasta el 15 de mayo de 1955, como resultado de la condena dictada en el juicio celebrado en Santiago de Cuba luego de los asaltos a los cuarteles Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo y Moncada en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1953.
Posterior al primero de enero de 1959 y hasta 1994, Fidel realizó más de 40 visitas a la Isla, las cuales marcan decisivas transformaciones del territorio, bajo una concepción fidelista de desarrollo, confiando en las nuevas generaciones, que ha implicado el mejoramiento y beneficiarios de planes que además de impulsar ramas agropecuarias e industriales, potencian programas sociales, para fortalecer una isla de la solidaridad y del humanismo.
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