En el Municipio Especial Isla de la Juventud, nuevos rostros egresaron del primer curso de certificación de inspectores estatales para el turismo, quienes tendrán en sus manos velar por la calidad de los servicios, esencia para poder llegar a los tres millones de turistas previstos para este año.
Cuba recibió en 2023 a más de 2,4 millones de visitantes del exterior, lo que ratificó la paulatina recuperación del sector tras la pandemia de la Covid-19.
Según un reporte de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), más de 809 000 turistas arribaron a Cuba en los tres primeros meses del actual año, lo que representa un crecimiento del 7,5 por ciento frente a igual período del pasado año.
Entre los principales emisores de viajeros y vacacionistas aparecen Canadá, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia, México, Reino Unido, España y Argentina, así como la comunidad cubana residente en el exterior.
Los 24 cursistas del territorio pinero también estarán al tanto de cómo se puede elevar la conectividad aérea e incentivar la demanda, además de mejorar la atención a los clientes.
En el centro extra hotelero Nuevo Virginia del Municipio Especial Isla de la Juventud la Isla de la Juventud, los alumnos ejercieron su ejercicio final, donde demostraron sus habilidades y conocimientos al exponer cinco estudios de casos en diversas instalaciones turísticas de aquí.
Aray Frometa Contreras, cuadro sindical del sector de hotelería y turismo, este siete de junio los estudiantes firmarán el Código de Ética y recibirán sus certificados, convirtiéndose en los encargados de velar por el cumplimiento de los estándares de calidad en hoteles, bares y restaurantes en la Isla de la Juventud y Cayo Largo del Sur.
Con este paso importante, se busca garantizar una experiencia turística de excelencia para los visitantes que elijan estos destinos paradisíacos.
Los nuevos inspectores estarán comprometidos con la mejora continua de los servicios turísticos, contribuyendo así al desarrollo sostenible de la industria en la región.
La misión de ellos es velar por la calidad del servicio, haciendo labor preventiva, evaluar el cumplimiento de las normas establecidas y darles seguimiento para lograr una mayor satisfacción de los clientes.
Este curso está amparado por las nuevas resoluciones y reglamentos del control interno, el cual vela por las líneas y actividades del turismo; «no deben centrarse solo en almacenes; velarán la calidad de los servicios, capital humano, en específico a quiénes contratan, si tienen las condiciones, aptitudes e idoneidad del puesto, el hospedaje, en fin, todo lo que tenga que ver con la actividad turística», aclaró la dirigente sindical.
«Son inspectores integrales, capaces de poner coto a procesos burocráticos y la falta de gestión, caldo de cultivo para que la ineficiencia fustigue algunas instalaciones turísticas. Igualmente, estarán al tanto de manifestaciones de falta de ética y de exigencia que empañan la imagen y frenan el buen desempeño en algunos lugares del sector.
«Por esa razón cada sindicato del sector debe sumarse a la batalla por la calidad, porque la mala calidad hace tanto daño como el robo, pues genera una afectación comercial que desemboca en una afectación económica», concluyó Aray Frometa Contreras.
Se refirió, además, a la necesidad de desdoblarse, máxime si tenemos ahí a los nuevos actores económicos dedicados a apoyar la actividad turística en la Isla, con decenas de restaurantes, paladares y habitaciones, que forman parte de los servicios turísticos que ofrece el país, y coadyuvarán a que en el 2024 se pueda cerrar con los tres millones de visitantes previstos.