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Regalo sin celofán para la inocencia

Amplio programa recreativo tuvo la Isla de la Juventud por el Día Mundial de la Infancia, instituido el primero de junio, a propuesta de la Asamblea General de Naciones Unidas, que en 1956 recomendó, se instituyera en todos los países para consagrar la fraternidad y la comprensión entre los niños y las niñas del mundo.

Foto: Gloria Morales Campanioni

La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) del Municipio Especial se sumó a la fiesta con sus diferentes sindicatos y llegaron este sábado a la sala 3 A Miscelánea, del Hospital Héroes del Baire para compartir alegrías con los pequeños enfermos, quienes se olvidaron por un momento de inyecciones, dolores, malestares y acudieron a recibirlo.

Allá llevaron regalos, a los 15 niños con enfermedades pediátricas y también a quienes estaban en terapia infantil, comprados con sus propios ahorros, además de las manualidades aportadas por Idalia Ortiz Coll, secretaria general del BM del sindicato de Salud.

Foto: Gloria Morales Campanioni

Por su parte los príncipes enanos del territorio, integrantes de la Organización de Pioneros José Martí, hicieron, en sus respectivas escuelas una gran fiesta donde se apreció el fortalecimiento del Movimiento de Pioneros Exploradores y de los Círculos de Interés con especialidades demandadas por la economía pinera.

Los menores asaltaron sus colectivos para exhibir lo aprendido en ese instructivo entrenamiento que los prepara para la vida en campaña, la supervivencia, el amor a la naturaleza y el medio ambiente, a tono con el venidero cinco de junio, Día Mundial del medio ambiente, fecha en que lanzarán otra vez una convocatoria para preservar el planeta a través de acciones que permitan cuidar mejor los ecosistemas, para lo cual organizaron excursiones y acampadas.

Foto: Gloria Morales Campanioni

No faltaron payasos, magos, las ventas de golosinas y otras sorpresas, algarabía que se hará extensiva a las instituciones de salud, donde las secuelas del bloqueo son frecuentes al imposibilitar a Cuba de adquirir medicamentos, reactivos, piezas de repuestos para equipos médicos, instrumental y demás insumos comprados hoy en mercados alejados y en muchas ocasiones con el uso de intermediarios, lo que trae aparejado el incremento de los precios y por supuesto, un daño económico significativo.

Como expresan los informes presentados por Cuba acerca de la necesidad de poner fin a este injusto cerco económico, comercial y financiero, la mano del imperio ha llegado hasta esos centros hospitalarios como el Instituto de Oncología y Radiobiología al negar el empleo de placas de Yodo Radiactivo en el tratamiento a niños y adultos que padecen del tumor retinoblastoma (tumor congénito que crece en la retina) por no poder adquirirlas al comprarse sólo en Estados Unidos.

Dicha tecnología se usa por lo general en el tratamiento de niños para un mejor tratamiento del tumor, conservando la visión del ojo afectado y la estética del rostro; ante la carencia de placas, la única alternativa es extirpar el ojo o en algunos casos, ambos órganos, proceder invasivo que trae serias limitaciones para la vida del paciente.

Pero la injusticia va más allá; el Cardiocentro Pediátrico William Soler fue incluido en el 2007 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la categoría de “Hospital Denegado”, por lo cual se le imponen condiciones para la venta de productos y se le niega la adquisición de estos, si no cumple con las exigencias planteadas. Esta situación ha conllevado a un sin número de afectaciones en la realización de diferentes técnicas quirúrgicas por no poder adquirir en el mercado norteamericano determinados materiales apropiados para niños como sondas vesicales y traqueales de mayor calidad, catéteres y stents, entre otros.

Qué triste es ver que los niños cubanos no puedan usar el dispositivo Amplatzer de fabricación norteamericana, elaborado a partir de materiales especiales para evitar el rechazo orgánico.

Este es utilizado para el cierre percutáneo de la comunicación interauricular, (cierra la abertura defectuosa entre las arterias aorta y pulmonar, procedimiento conocido como cateterismo intervencionista) que evita la cirugía a corazón abierto, intervención que además de riesgosa, requiere de cuidado intensivo y una recuperación de tres semanas.

Pero mientras los enemigos del Norte se empeñan en recrudecer su política hacia nuestro país, los niños cubanos este sábado nos regalaran esa candidez que solo ellos saben ofrecer en cada sonrisa porque ese regalo inocente no necesita celofán.

 

 

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