Cuando empieza junio, antesala de los siempre complicados julio y agosto, las afectaciones por déficit de capacidad de generación no sucedieron en la última madrugada, y bajarán hoy a 550 MW en el horario diurno y 895 en el pico eléctrico de la noche, según estimaciones de la Unión Eléctrica.
De las unidades del subsistema térmico en funcionamiento no hay ninguna averiada y solo está paralizada la Felton 2 que sufrió un incendio hace más de un año.
En las próximas horas deben concluir los mantenimientos en las unidades 5 de Mariel y 3 de Santa Cruz, dos incorporaciones que permitirán incrementar la generación en 500 MW como se había pronosticado que sucedería para despedir la semana en curso.
Aunque los molestos apagones tienen una baja en sus magnitudes, persisten, pero fueran superiores si no se hubieran ido incorporando termoeléctricas averiadas o en mantenimiento realizados con los recursos existentes para tenerlas en mejores condiciones cuando la demanda se incrementa en julio y agosto.
Habrá un refuerzo en esos meses de verano y tradicionales vacaciones porque la unidad 1 de Santa Cruz terminará los mantenimientos que han sido prolongados por ser de mayor envergadura.
Según la nota informativa de la UNE en Facebook, están fuera de servicio por falta de combustible, 64 centrales del subsistema de generación distribuida que dejan de aportar 472 MW, a pesar de que otros equipos aportarán 150 MW al tener diésel preservado para los horarios más sensibles.
Acerca de hacer funcionar la generación distribuida con el combustible de las unidades paralizadas por cualquier motivo en la generación térmica (termoeléctricas), no es posible porque utilizan crudo nacional que es denso y con alto contenido de azufre y las centrales que están carentes de combustible no es de cualquier tipo, sino de diésel importado; y en el caso de Moa y Mariel es de fuel oil también adquirido en el mercado internacional.
De no haber sido por la preparación que tuvieron previamente las termoeléctricas, esa carencia de combustible hubiera provocado mayores déficits y afectaciones a los sucedidos que han sido de altas magnitudes.
El comportamiento de las termoeléctricas es más estable en comparación con el 2022 cuando algunos decían que una buena noticia era que se acababan los apagones de ese año, y la mala que empezarían los del 2023, pero lo cierto es que tales vaticinios no se cumplieron ni tampoco en el actual 2024.
Están en marcha inversiones para dislocar por todo el territorio nacional al menos tres emplazamientos de paneles solares fotovoltaicos por provincia, que irán aportando energía según se terminen hasta concluir totalmente en abril de 2025 con una generación de 1000 MW.