No se trata de la segunda parte de un filme argentino muy comentado en Cuba, en el que su protagonista era un enfermo mental que se consideraba un extraterrestre.
Es más bien la realidad de Argentina actual, donde también un hombre lo es, no sé si enfermo mental, pero que en vez de mirar al Sudeste, como el del filme, se mantiene muy, pero muy atento, con la mirada fija en el Norte.
En el corto período de su mandato ha viajado varias veces a los Estados Unidos, se auto-declara un visionario, libertario, capaz de “salvar” y acabar con la crisis económica que vive su país.
Ha recibido a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, representantes del Fondo Monetario Internacional y otros personajes, siempre del Norte o muy cercanos a este, solo por mencionar a algunos.
Ante todo, la motosierra mostrada durante su campaña para acabar con lo que considera incorrecto la deja solo para los problemas internos, ya que para los relacionados con el exterior y sobre todo los países ricos y las organizaciones financieras internacionales, como el FMI, tiene alfombra roja.
Aún no se ha declarado extraterrestre, aunque tiene señales de comportamiento no normales. Y a pesar de ello, fue elegido como Presidente de su país.
Sería bueno conocer cuántos de los que le votaron hoy marchan por las avenidas y las calles, no por las aceras como exigen las actuales autoridades, sino por el derecho que le dan las leyes, aun no eliminadas, ganadas con años de lucha.
Respuesta oficial ante el clamor popular
La segunda huelga general contra el Gobierno de Javier Milei en Argentina se cumplió el 9 de mayo y desde el Ejecutivo salieron a criticar tanto al paro como a los líderes sindicales que lo convocaron. La primera fue el pasado 24 de enero y consistió en un paro nacional de 12 horas, con movilización.
El ministro de Interior, Guillermo Francos, afirmó que de esa manera «no se construye» el país y aseguró que “al Presidente tampoco le van a torcer el brazo por más paro que hagan, porque tiene una convicción muy fuerte hacia donde tiene que ir la Argentina».
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó a los líderes sindicales como «mafiosos y llenos de plata». «¿A quién representan?», se preguntó, y agregó que «solo tienen el poder de parar el transporte».
Las razones del paro fueron, entre otras, la ley Bases, conocida como ley ‘ómnibus’, que aún se discute el Senado e incluye una reforma laboral. También, la pérdida del poder adquisitivo y la disparada de la inflación, que alcanzó en marzo un 287,9 % interanual, así como el crecimiento del índice de pobreza, que ya supera el 50 % según estimaciones privadas.
¿Hacia dónde va Argentina?
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), llegó a una conclusión que debería preocupar a Milei; “La situación crítica de Argentina es noticia en el mundo por su aislamiento en una ola de mejora económica casi generalizada. La región se expandirá este año un 2,1 por ciento, mientras que el PBI local tendrá una caída superior, de 3,1 puntos”
“Durante estos pocos meses, la clase trabajadora y el pueblo argentino vienen cargando en sus espaldas la peor parte del brutal ajuste llevado por el gobierno del presidente Javier Milei”, dice un comunicado de la Coordinadora Argentina de la Federación Sindical Mundial (FSM), respaldado por su Oficina Regional que agrupa a más de 95 millones de trabajadores de 150 países.
Falta por ver si los “representantes del pueblo” en las diversas instancias donde se aprueban las leyes entrarán en negociaciones con el Gobierno. Para Milei, y ya lo han adelantado sus voceros, le queda como solución aprobar sus polémicas leyes, imponerlas poco a poco mediante decretos. Solo falta saber cuándo será el próximo paro.
