En la Isla de la Juventud un amplio programa científico-académico y diversas actividades culturales y deportivas caracterizarán la XVII edición de la Jornada contra la Homofobia y la Transfobia, cuyos esfuerzos estarán encaminados, durante todo el mes de mayo, aunque la campaña este 2024 se realizará hasta el 18 de mayo, hacia facilitar la garantía de los derechos sexuales de las personas y especialmente de las LGBTIQ+, en el escenario familiar, social y comunitario.
En esta ocasión, bajo el lema Por todas las familias, el amor es ley, las acciones de estos días mirarán hacia los desafíos que persisten en el camino para el ejercicio pleno de los derechos de lesbianas, gays, trans, bisexuales, intersexuales y queers (LGTBIQ+), pero frente a los cuales la educación integral de la sexualidad resulta un paso determinante.
Un solo palo no hace monte
Justo esta jornada florece en el mes de mayo, el cual llega con términos ya habituales para un grupo mientras a otros les resulta cosa de “locos”, me refiero a las palabras: aceptar, entender y respetar la diversidad sexual, con el fin de prevenir el VIH/sida, lograr sensibilizar a la sociedad y demás.
Unos a favor, otros en contra, mientras algunos expresan que la homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí, lo cual debe ser “tratada” con urgencia con cuantos analgésicos existan para modificar esa postura machista reflejada en odio, discriminación, violencia y rechazo a quienes tienen relación con personas de su mismo sexo, debido a estereotipos negativos y conceptos equivocados.
Así lo considera Aldin Guerra Leyva, peluquero del salón de belleza Bella Isla, donde labora y disfruta de este arte que sale de sus manos, en especial cuando pela, su preferencia.
“Soy un gay feliz. Primero por ser peluquero y confidente de mis clientes, convertidos en amigos, con quienes intercambio de nuestra la familia, el trabajo, los amores, nos aconsejamos y nos damos ánimo mutuamente, porque sin darnos apenas cuenta ya el vínculo está creado”, expresa mi entrevistado, quien no tiene prejuicio al revelar su orientación sexual.
“Segundo. No tenga preocupación alguna ante miradas homofóbicas como también las transfóbicas dirigidas a los transexuales, travestis y transgéneros e intersex. Mis ojos solo disfrutan la sonrisa del cliente al sentirse conforme con su imagen y con ganas de volver”, habla este artista, con esa pasión por su trabajo.
Él estará hoy en la gala cultural en ocasión de la efeméride y en otros espacios de debate, donde activistas, profesionales y personas que independientemente de su preferencia sexual, apoyan estos esfuerzos, intercambiarán acerca de la diversidad sexual y de la necesidad de respetar la individualidad de cada persona.
“Soy un gay feliz”, dirá en cada tribuna organizada donde se hable de lo dañina de la mentalidad homofóbica si en realidad se quiere respetar los derechos humanos.
Esta jornada estará dedicada, particularmente, a la resistencia del pueblo palestino contra la cruel agresión israelí.
Aldin Guerra Leyva este 17 de mayo irradia felicidad, no tiene por qué ser diferente, solo exhorta a comprender que la homofobia –u otras fobias– es un acto contra los derechos humanos.
Razón por la cual expresa la necesidad de “desterrar de las mentes los tabúes, respetar la libre orientación sexual e identidad de género; todavía estamos a tiempo de establecer diálogos en busca de ir modificando la mentalidad machista de nuestra población, para evitar que continúen las burlas, exclusiones, persecuciones e injusticias.
“Las personas no heterosexuales han vivido en tela de juicio, desde épocas pasadas, bajo la presión de familias y sociedades que los juzgan, no los aceptan y los han nombrado, incluso, de las más inimaginables y peyorativas maneras. Es hora de romper el miedo al qué dirán y eliminar esas miradas discriminatorias”, concluye mientras da los últimos toques a su cliente.
