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En la Tato Rodríguez se molinan soluciones

Innovar se ha convertido en palabra de orden desde hace como unos cuatro años en la UEB Molino Tato Rodríguez, perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Ruta Invasora de Camagüey. Los trabajadores siempre han acudido a ella ante necesidades, pero en el último quinquenio esta se ha convertido en la tabla salvadora.

Aunque la diversificación de productos, al inicio no fue bien aceptado, hoy todos se benefician de las ventas de pan, que también incluye a los trabajadores. Fotos: La autora

La aplicación de la inventiva unido a las medidas establecidas por el Gobierno cubano para flexibilizar y dinamizar la labor de las empresas, como aseguran directivos, les permite que hoy los más de 120 trabajadores no estén interruptos, devenguen salarios de más de 10 mil pesos como promedio y obtengan utilidades.

Como asegura Michel Ballate, director general de la entidad arrocera, esta UEB destaca; “aquí, añade, van de la mano la ciencia y la técnica y gracias a ello logran ventas minoristas millonarias, salarios altos, rompen la inercia y cierran ciclos productivos”.

Con poco y sin botar

Como recuerda José Manuel Sánchez Álvarez, jefe de mantenimiento de la entidad, el 2023 fue un año complicado. “La cosa estaba difícil y con poco salario, dice.

“Ya en la empresa habíamos creado unos molinos que usaban la cascarilla como combustible en el proceso. Pero comenzó la crisis, no había arroz, la gente interrupta y la decisión fue hacer polvo la cascarilla de arroz, lo cual se emplea como extensor de alimentos para animales”.

El proceso no fue sencillo, pero estabilizaron dos molinos, en los que aprovechan la cascarilla del poco arroz que procesan en el año. Aunque al principio solo hacían 20 o 30 sacos, los 11 trabajadores del grupo de mantenimiento se propusieron incrementar la cifra y sin dejar sus funciones logran hasta 100 sacos diario de buena aceptación.

Para los trabajadores de la Tato Rodríguez es un orgullo decir que con sus manos diseñaron molinos que hoy les garantiza trabajo y salario.

Arístides Rosales Naranjo, analista principal de producción, detalla que el objeto social de la entidad de molinar arroz no se ha perdido, pero “ante el llamado que se les hizo a las empresas para garantizar salario a los trabajadores y producciones para la población, tuvimos que innovar.

“La realidad era que los niveles productivos de arroz habían disminuido por la situación con el combustible y los paquetes tecnológicos. Y de unas 23 mil toneladas de arroz que procesamos en una ocasión, el año pasado secamos solo unas cinco mil”.

Hacer más

Ese panorama no podía continuar, por eso, desde agosto comenzaron, además, a diversificar producciones. Abrieron una tienda para vender productos elaborados por ellos y otros que gestionan. Entre las primeras elaboraciones estuvo el pan, para el cual compraban a nuevos actores económicos la harina necesaria.

Luego, a raíz de la experiencia con los molinos, comenzaron a hacer fideos y andan concretando unos coditos con harina de arroz, del grano partido que queda como excedente en cada proceso y el cual antes lo vendían para consumo animal.

Esos molinos hechos en casa, como los califica Sánchez Álvarez, “se hicieron en el taller fabril. Los hemos ido ajustando, buscando experiencia en otras provincias hasta que contamos hoy con una fabriquita con bastante calidad.

“Al principio salía gruesa, hoy es bastante fina y aspiramos que sea como la maicena. Pero fíjate si es buena que aquí vienen de otras empresas y de una tonelada que molinamos, solo tenemos un cinco por ciento de merma, cuando en el mundo lo permisible es más”.

Gracias a esto, acota Rosales Naranjo, casi el 95% de los trabajadores han sido reubicados dentro de la unidad y no han tenido que ir para sus casas.

Al ser equipos criollos, explica José Manuel Sánchez Álvarez que deben pasarle la mano a cada rato a los molinos

En la panadería, al procesar cada vez mejor la harina de arroz, se hace doble turno, para durante el día elaborar dulces con dicha materia prima. Y así en empresas como Almacenes Universales, entidades de Comercio y en un merendero de la Universidad de Camagüey se consumen estos productos, que tienen un costo asequible, así como los embutidos y croquetas con harina de arroz que hacen en el centro de elaboración.

“Esto se ha logrado, dice Rosales Naranjo, a la entrega de los trabajadores, a las medidas que nos han destrabado cuestiones y a los diferentes contratos que hemos logrado que nos garantizan los insumos que no tenemos y que adquirimos con el fondo de gestión que nos da la Empresa. La cuestión era buscar salario y así estamos haciendo”.

 

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