“La responsabilidad mayor, la razón de ser, el rol fundamental del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC) es la máxima representación de todos los que trabajan en el sector —artistas, periodistas, técnicos, personal de apoyo—, y los que integran el gran movimiento de la cultura cubana. Estar a la altura de las aspiraciones y los desafíos de esas personas es la prioridad de nuestra organización”, afirma Katia María Rodríguez Ramos, secretaria general de este sindicato que en septiembre celebrará su Segunda Conferencia Nacional.
“Llegaremos allí después de haber participado en varios cónclaves: los congresos de la Asociación Hermanos Saíz, la Unión de Periodistas de Cuba y el de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Son en definitiva nuestros afiliados, y muchos de los planteamientos de esas reuniones nos competen y nos comprometen. Ningún problema debe quedar sin solución, o al menos sin respuesta. El mecanismo existe en todos los niveles, hay que hacerlo funcionar de la mejor manera. Para eso está el sindicato”.
La secretaria general está convencida de que el fortalecimiento de las estructuras en la base es primordial. “Los trabajadores tienen que saberse representados por su sección sindical, en diálogo directo y franco con las administraciones. Ahí comienza todo. Las asambleas en cada centro de trabajo no pueden ser un encuentro meramente formal, tienen que ser el espacio por excelencia para la discusión, el debate, la búsqueda de consensos ante las múltiples problemáticas de la cotidianidad en el ámbito laboral de la cultura”.
Pronto comenzarán las asambleas provinciales previas a la Conferencia Nacional. El SNTC confía en que este proceso consolide una agenda sólida, que pueda definir líneas de trabajo para la etapa que comienza.