No importaba si ya habían terminado la faena diaria de garantizar el pan de la Canasta Familiar Normada y el de las entregas a organismos del poblado La Demajagua, la tercera población en importancia de la Isla de la Juventud, ubicada a 20 Km. de Nueva Gerona, localizada en el interior y noroeste de la Isla, en una zona conocida como Sábana Grande.
Como cada año, los trabajadores de la Panadería La Demajagua, pertenecientes al sindicato de la Alimentaria y Pesca, moldearon y hornearon varios panes en forma del número uno, iniciativa símbolo de la significativa fecha de la fiesta del Proletariado Mundial, la cual los estimula a seguir brindando al pueblo un producto con la mayor calidad posible a pesar de los contratiempos a veces de la harina.
Vestidos con sus tradicionales uniformes blancos, gorro incluído, estos hombres y mujeres, lo mismo trabajan en el turno de día que en la noche para asegurar cada lote de pan, el cual velan como un reloj según el tipo de corteza del pan, la temperatura ambiente y la calidad de la harina.
Algunos panaderos saben del sacrificio del Estado porque en La Demajagua haya desarrollo, ahí donde desde 1980 se construyó un nuevo reparto con viviendas individuales y más modernas, después se inició la construcción de edificios de dos y cinco plantas.
Por las manos de estos panaderos pasan a diario el pan que degustan los trabajadores de los centros asistenciales existentes allí: un policlínico, cuatro casas de médico de familia, la posta estomatológica y la farmacia; además del que consumen, de forma normada, los obreros del centro cultural, la cafetería, el restaurante, la bodega, la carnicería, las placitas, la peluquería, las tiendas de productos industriales, el servicentro, el centro comunitario para teléfonos, el correo, la Universidad pedagógica y demás entidades económicas.
Estos obreros llegan al Primero de Mayo con la satisfacción de haber recibido cursos para adquirir nuevas experiencias: variedades de pan, recalificación de maestros, de operarios y panadería artística para seguir poniéndole más amor a esta profesión, que es bastante sacrificada, pero fue la escogida por ellos.
Igual que las interioridades del proceso productivo, que si no hay una buena preparación de la masa, el pan no saldrá con calidad, estos hombres y mujeres saben que aunque el pan lleva tiempo de reposo, que te ahorran varios minutos en la cámara de fermentación, ellos no tienen ese tiempo, saben que siempre que el pueblo espere por este producto de primer orden en la alimentación diaria de los cubanos, ellos estarán en la fragua de combate.