Bien temprano sonará el despertador. Y bien temprano saldremos juntos. Las calles serán otra vez para encontrarnos, recordar viejos y buenos tiempos y, sobre todo, buscar la mirada y el abrazo de ella.
Hace mucho que sabe cuánto la quiero. Y no por caprichos ni por pura formalidad. A las manos que una vez me recibieron les he dado mi vida y también mi amor. Su sonrisa ha sido rebelde, a ratos testaruda, pero nunca han faltado las ganas de desfilar junto a cada uno de sus sentimientos. Porque de eso se trata, desfilar junto a ella por ese estremecimiento que no se decreta en una consigna, sino se lleva para gritarlo, como quizás lo haga este 1ro. de Mayo.
Por muchas motivaciones que pueda haber solo he preferido una. La que nació cuando la descubrí orgullosa y valiente ante cualquier agresión, por poderosa que fuese.
Cuando la vi vestida de verde olivo muchas mañanas, tardes y noches. Cuando este día me permite escribirle desde las páginas de un periódico y decirle que ella es Cuba, con toda la fuerza de su mirada y el abrazo apretado para unirnos. Unirnos por encima de cualquier diferencia.
A ella, a Cuba, a ti, a todos, el día más feliz de los trabajadores se acerca. Y no puedo menos que dejarme llevar por mi corazón.