El plantel industrial de la provincia de Santiago de Cuba tiene en la refinería de petróleo Hermanos Díaz la joya de la corona.
Cuidarla, mantenerla reluciente, objeto de admiración, más que ego es cuestión de orgullo, de honor, y ya se sabe lo que eso cuenta para los santiagueros.
Por eso generó preocupación, a veces alarma, que por varios años, en particular entre el 2019 y el 2022, la entidad languideciera al punto de operar con pérdidas económicas.
¿Se nos moría la refinería Hermanos Díaz? ¿Cuánto tiempo estaría en letargo productivo como consecuencia de la situación financiera del país para adquirir crudos medianos, en vez de un petróleo más “pesado”?
Preguntas y respuestas que rondaban el sentimiento de muchos dentro y fuera del territorio, muy en particular el de los propios refineros, algunos de los cuales, algo más de 70 especialistas de alta calificación y experiencia, decidieron irse en busca de mejores ingresos.
Superar la crisis no era ya cuestión de disyuntiva, devenía asunto de sí o sí: o se salvaba la refinería o se salvaba la refinería.
La decisión fue hacerlo como debería ser norma y no excepción en la cotidianidad de la economía nacional: emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos.
¿Abracadabra?
De sus 66 años de vida Víctor Manuel Díaz Despaigne lleva 45 de trabajo en la refinería. Le conoce cada palmo, ama sus olores, se duele de sus desgarraduras, le entrega las manos y todo lo que tiene dentro. ¿Cómo no poner entonces rodillas en tierra por salvarla?
Talento y corazón lo llevaron a evaluar una y otra opción, a estudiar, a experimentar.
¿Crudo denso es lo que había? ¿Petróleo Merey de alta viscosidad? ¿Ninguna refinería del país tenía condiciones para procesarlo, o “correrlo” (como dicen en su argot los refineros)? Santiago de Cuba lo haría, echaría a andar sus maquinarias y saldría de la pérdida.
Era cuestión de orgullo, de honor, y para hacerlo realidad Víctor Manuel sumó talento y corazón de otros muchos en la industria.
“Se dice fácil y rápido, pero no lo fue, lo que sobraron fueron momentos de tensiones, incluso de frustraciones porque desde el principio no todo salió bien”, cuenta quien con 20 años comenzó como técnico de nivel medio y llegó a ingeniero químico y director de refinación.
“Con él al frente nos dimos a la tarea de hacer los cálculos necesarios, estudios de factibilidad, modificaciones tecnológicas, habilitar tanques para preparar la mezcla solvente y bajar la densidad del Merey, facilidades en la planta para la inyección del crudo…”.
Las evocaciones de Raúl Pérez Rizo, que por aquellos días de innovaciones e inventivas fungía como jefe de brigada de la UEB Refinación, hoy al frente del turno principal de la empresa, resumen lo hecho para adecuar la corrida de petróleo pesado y procesarlo en la industria santiaguera.
Sí se pudo
Desde finales del año 2022 a la fecha, la refinería Hermanos Díaz no ha detenido sus maquinarias, logra producciones de diésel, fueloil y asfalto (con destino a la venta de combustible, la generación eléctrica, la industria niquelífera de Moa y programas de mejoramiento vial), materializa utilidades y cada trimestre realiza pagos por resultado a sus 674 trabajadores.
“Todavía no encuentro la palabra precisa para definir la magnitud de lo materializado con el empeño de nuestros afiliados, en particular de todos los que de una forma u otra participaron en las adecuaciones tecnológicas requeridas para la corrida del crudo Merey”, dice con sano orgullo Rafael Rizo Galán, secretario general del buró sindical donde se nuclean 28 secciones de base.
“Tenemos la satisfacción de procesar todo el petróleo que se destina a nuestra industria, muchos de los viejos refineros que se marcharon por la situación con los salarios en los días de incumplimientos y pérdidas han regresado, para este 2024 tenemos la garantía de producir con estabilidad y ver otra vez nuestro centro hacer diana en la economía del país”.
Razones más que suficientes para el alegrón de los hombres y mujeres de Hermanos Díaz, para la propuesta al Premio al Mayor Impacto Social y Económico a quienes protagonizaron la inventiva, y para acunar el sueño de ser declarados colectivo Vanguardia Nacional del Sindicato de Trabajadores de Energía y Minas.
¿Y qué será mañana?
Un total de 18 proyectos y cinco inversiones en ejecución confirman que el tiempo por venir ha de ser necesariamente mejor.
“Ahora mismo hay varias acciones que se materializan para garantizar la vitalidad de la planta y su seguridad, amén de que a corto y mediano plazos vendrán otras”, comenta el ingeniero Jorge Luis Sánchez Montoya, director de Inversiones de la industria santiaguera.
“Estamos en fase de preparar todo lo que son las reparaciones capitales de las plantas 1 y 2, proyectándonos mejorar la tecnología, con un estudio de factibilidad inmediato para la número 2, la principal que hoy tenemos.
“Igual como objetivos priorizados alistamos la reparación del HTU o hidrofinador, pues es ahí donde se logra más calidad del diésel y otros productos, así como la reparación capital de la planta 1, que es donde se obtienen los surtidos claros (gasolina, turbocombustible), todos de muy altos valores.
“Del mismo modo avanzamos en un proyecto de flujometría para garantizar la trazabilidad del procesamiento y que no existan pérdidas de combustible, e igualmente en el reforzamiento de los sistemas contra incendios y de pararrayos, además de medios antiderrames para evitar impactos medioambientales en la bahía.
“Mencionar también la inversión para la mejora del almacenamiento en tanques, los viales, las casetas antiderrames, y algo muy importante, la construcción de viviendas para los trabajadores sobre la base de las utilidades que materialicemos”.
Mucho y de gran magnitud es lo que se hace y se sueña en la refinería de petróleo Hermanos Díaz; no es para menos, ya se sabe lo que es: la joya de la corona del plantel industrial santiaguero.