Cuba recuerda hoy el natalicio de Vilma Espín, la heroína de batallas cotidianas por la Patria y sus mujeres, a 94 años de su natalicio en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
El 7 de abril de 1930 nació Espín, quien consagró toda su vida a defender los derechos de las féminas y en pensar y construir un país más justo.
Desde muy joven tuvo una activa participación en el movimiento revolucionario 26 de Julio y en la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958).
Con el nombre de guerra Deborah fue una notable combatiente clandestina bajo las órdenes de Frank País, en especial durante el alzamiento del 30 de noviembre de 1956, en la oriental provincia de Santiago de Cuba.
En 1958 se sumó al Ejército Rebelde, donde continuó destacándose por las tareas de coordinación del movimiento clandestino y por sus acciones en el Segundo Frente Oriental Frank País.
La también reconocida ingeniera química llevó sus conocimientos científicos a acciones prácticas en beneficio de la sociedad, y a partir del triunfo de la Revolución cubana, el 1 de enero de 1959, condujo las principales acciones políticas del país para materializar el acceso pleno de la mujer a sus derechos.
Por su labor en este ámbito es reconocida como la eterna presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas.
El reciente XI Congreso de la organización feminista fue un homenaje a Espín, donde alrededor de 400 delegadas e invitadas pasaron revista a la labor realizada, así como a los logros y desafíos ante el reto que supone el bloqueo de Estados Unidos contra la nación caribeña.
La cita propició un debate crítico, respetuoso y profundo en cuatro comisiones de trabajo y luego en las sesiones plenarias sobre temas vinculados con el desarrollo socioeconómico del país donde la mujer desempeña un papel vital, tal como lo soñó Vilma Espín.