«¡Cuánta razón tenía Fidel en creer en los jóvenes! Permítanme comenzar agradeciéndoles la profundidad y la alegría de este Congreso». Así expresó en la mañana de este jueves, desde el capitalino Palacio de las Convenciones, el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la clausura del XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Sus palabras, atemperadas a las complejidades de estos tiempos, estuvieron dedicadas, primeramente, al «querido General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución cubana», de quien el Jefe de Estado contó que había estado siguiendo la cita de estas horas, y que había pedido transmitir a los protagonistas que se había tratado de «un buen Congreso».
A sus interlocutores, el dignatario comentó: «Creo que la calidad de los debates y de los documentos que los motivaron hacen innecesario un largo discurso, pero al mismo tiempo nos inspiran a sumar algunas valoraciones muy específicas con el profundo sentimiento de sentirnos parte de ustedes, algo que nos pasa a todos los que militamos y cumplimos tareas de dirección en la Unión de Jóvenes Comunistas de otras épocas».
Ustedes crean felicidad, afirmó el mandatario, quien también enfatizó que así es «incluso en estos tiempos difíciles y desafiantes, cuando el segmento poblacional que menos crece es el de los menores de 30 años; cuando la niñez y la juventud cubana viven y se desarrollan bajo las duras condiciones de un país cercado, perseguido, castigado, principalmente en la economía, pero también en sus sueños y esperanzas».
Díaz-Canel enunció a los jóvenes que contra la lógica imperial que pretende absorberlos, vaciarlos, rendirlos y hacerlos renegar de su suerte y de su historia, ellos avanzan en la lógica revolucionaria. Así lo hacen, dijo, porque analizan, discuten, critican y reconocen, proponen y transforman la realidad más compleja, pero no dejan de cantar, bailar, y reír.
«Ustedes, los que ganaron el derecho a estar en este XII Congreso, son la vanguardia de una juventud alegre y profunda, que definió el Che en frase memorable», reparó el mandatario, quien se refirió a esa vanguardia como imperfecta aún, como reflejo de la sociedad que construimos, pero también como ella, apasionada y batalladora.
El Presidente cubano aseveró: «Hoy podemos decir con sano y legítimo orgullo que los jóvenes cubanos encontraron su Moncada y lo asaltan todos los días».
Las hazañas
El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista expresó en su discurso que apenas nombraría algunas hazañas protagonizadas por las nuevas generaciones, las cuales pertenecen a «los años recientes, plagados de desafíos, pero también de proezas, casi todas protagonizadas por los jóvenes, aunque la lideraran cubanas y cubanos de otras generaciones».
Trajo a colación, entonces, a los investigadores y creadores de las vacunas cubanas y de los protocolos de tratamiento a la COVID-19, porque en su mayoría han sido jóvenes. Dijo que «son muy jóvenes los estudiantes y otros voluntarios que eligieron la Zona Roja para apoyar el enfrentamiento a la pandemia; los que arriesgaron o perdieron la vida como rescatistas y bomberos en los terribles accidentes del Saratoga y la Base de Supertanqueros de Matanzas; los que se fueron a restañar las heridas de los ciclones en las zonas más apartadas; los que enfrentaron con coraje en las calles, la violencia inducida por los adversarios de la Revolución».
Reconoció con admiración que son cientos de miles de jóvenes los que cotidianamente participan en la defensa de la Patria; los que construyen; los que enaltecen la labor pedagógica en las aulas; los juristas; los que encabezan las batallas de ideas en las redes sociales; los que se desempeñan en las batallas diplomáticas; los que suman medallas en las competencias deportivas…. «Esa es la juventud cubana», enfatizó el dignatario.
Los que sostienen a Cuba
En la intervención del Jefe de Estado hubo un espacio especialmente dedicado a un tema discutido en el XII Congreso: el tema que tiene que ver con la dolorosa realidad, dijo Díaz-Canel, de una emigración mayormente joven, que entre las dificultades económicas, las carencias materiales y el espejismo de un «capitalismo bueno» siente que la elevada instrucción adquirida en el socialismo cubano, no podrá realizarla con éxito personal en su Patria: «No vamos a discutir la relatividad de esas aspiraciones ni a renegar de esos hijos de Cuba que eligieron otro destino para el resto de sus vidas», enfatizó el Presidente cubano.
Y más adelante hizo hincapié en que «hoy es el tiempo para hablar de los que están aquí y ahora, los que sostienen el país, la Revolución y el sueño de lo que hacemos y haremos en el futuro, enfrentando, como todo el pueblo cubano, las necesidades económicas que nos impone, en primer lugar, el bloqueo genocida que un Presidente norteamericano decretó hace 63 años y una decena de sucesores ha endurecido sin pausa, con el único propósito de echar abajo la Revolución que nos arrancó las cadenas de la infame neocolonia».
Díaz-Canel apuntó que «contra todo el pueblo, pero especialmente contra la juventud que está en la edad de soñar y proyectar el futuro, se orienta el bloqueo de Estados Unidos, con sus terribles consecuencias para el país, incluyendo el estímulo a la emigración, que se ha llevado a tantos amigos y familiares y con ellos, entrañables pedazos de la nación que somos».
«El gran mérito de la juventud cubana que vive, estudia y trabaja aquí, en medio de los problemas del transporte, los apagones, la inflación y otros males asociados a problemas propios de nuestras insuficiencias, es que saltan por encima de todo eso y salen todos los días a pelear por hacer de Cuba un país mejor».
«Y lo harán. Sabemos que será mejor porque ustedes no permitirán que sea de otra manera. Y porque, desde los tiempos de Céspedes hasta nuestros días, los jóvenes cubanos han sabido probarse como los mejores revolucionarios».
Sobre esta condición, Díaz-Canel explicó que los jóvenes no solo son revolucionarios porque defiendan al estado cubano o defiendan el legado de Martí, de Fidel, Raúl y de todos los que han derramado su sangre por Cuba: Son también revolucionarios, afirmó, porque son buenos ciudadanos, buenas personas, buenos amigos, buenos hijos. Son revolucionarios porque reconocen las dificultades diarias y se enfrentan a ellas y tratan de cambiarlas, y lo logran muchas veces, trabajando, combatiendo, y participando.
Son revolucionarios -detalló el mandatario- porque a pesar de todo siguen bailando, sonriendo, amando. Porque se aceptan entre sí como son, sin discriminación y sin los viejos prejuicios, ya vencidos por la Revolución. Porque defendieron el Código de las Familias como algo propio y se comprometen con todas las causas justas -como las luchas feministas, anti-racistas o antihomofóbicas, así como el enfrentamiento a la corrupción y a las adicciones.
Son revolucionarios -dijo en otro momento el dignatario- porque dan la bienvenida con los brazos abiertos a los que respetan y quieren a Cuba, pero cierran el puño y empuñan el fusil frente al que intente hacernos daño. Son revolucionarios porque son buenos seres humanos y quieren el bien para los suyos, para Cuba, para la Patria y para la Revolución socialista. Quieren lo que es mejor para todos en Cuba.
«Y son revolucionarios, en el más amplio sentido de la palabra, porque no les resulta ancho ni ajeno el mundo actual, plagado de incertidumbre y urgido de cambios a favor de la paz, la cooperación y la solidaridad. Porque comparten el ideal martiano de que Patria es Humanidad».
«Son revolucionarios, en suma, porque saben que el capitalismo no tiene respuesta para los acuciantes problemas de la humanidad y son capaces de entender y enfrentar, con inteligencia y conocimientos, la batalla cultural que nos impone esta época».
Son revolucionarios -argumentó Díaz-Canel Bermúdez- porque no ignoran ni subestiman los programas de colonización imperial que, con sus poderosos mecanismos de producción y reproducción simbólica, rinden culto a la mentira, a la banalidad y a la vulgaridad.
La causa palestina en el alma
Del pueblo palestino, víctima de una guerra de exterminio que dura 75 años, habló también el mandatario, quien resaltó la heroica resistencia de todos ellos; y por eso llamó, una vez más, a detener la barbarie que ejecuta sobre la Franja de Gaza, el gobierno de Israel con la complicidad de otros estados poderosos.
Por la razón anterior, el Presidente cubano saludó y compartió «la Declaración de este Congreso contra la criminal escalada sionista, cínicamente respaldada por el gobierno norteamericano cada vez que veta la voluntad mayoritaria de los pueblos de poner fin al genocidio».
Para Cuba, dijo, es ineludible reiterar, en cuanta tribuna sea posible, la más enérgica condena a ese exterminio: «Como hemos dicho antes, permanecer en silencio ante la masacre de más de 30 mil civiles en la Franja Gaza en los últimos seis meses, en su mayoría mujeres y niños, no sólo es inaceptable. Es incompatible con la dignidad humana».
La Revolución desafiada
En sus palabras, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba resaltó el modo en que Raúl, uno de los más jóvenes miembros de la Generación del Centenario, ha recordado muchas veces que «los jóvenes se parecen más a su tiempo que a sus padres». Y añadió: «La Revolución tiene el enorme desafío de sostener y defender la obra que los padres nos ganaron de pie, al modo y en el estilo de cada generación empeñada en continuarla».
El Jefe de Estado enfatizó que el proceso revolucionario no es una meta ya vencida: La Revolución -definió- es una inmensa obra y a la vez es el camino, es la vía para sostener el ideal de una Cuba con todos y para el bien de todos y para consolidar la alternativa socialista, que no apuesta al dinero por encima de los seres humanos, ni condena a las personas a vivir bajo el mandato del mercado.
El mandatario no pasó por alto que, «incluso en las peores circunstancias, bajo cercos y amenazas, (la Revolución) apuesta por el pleno desarrollo de las enormes potencialidades del ser humano y por el camino que conduce al mayor grado de justicia social posible».
Los últimos años y meses -reflexionó el mandatario- han sido una poderosa escuela en ese camino. Cuba ha tenido que enfrentar los colosales desafíos del mundo pandémico y post-pandémico con un bloqueo recrudecido de 63 años, 243 medidas adicionales, y su inclusión en una lista de países patrocinadores del terrorismo como freno y muro a todos los esfuerzos.
«Por cierto, mientras se preparaba esta reunión, los congresistas que cobran los abultados salarios de Washington por legislar contra Cuba, aprobaban nuevas medidas para dañar los posibles ingresos por exportación de servicios del país. Y pocos días antes se sancionaba a otro banco europeo por facilitar créditos a Cuba».
«Guerra económica le llamamos y no creo que se necesiten muchas pruebas para calificar así al conjunto de acciones con que pretenden asfixiar al pueblo para generar un estallido social de manera perversa y cada vez menos encubierta».
«Pero si hiciera falta un criterio académico para sostener nuestra denuncia, me remitiría a un talentoso joven investigador cubano, Elier Ramírez Cañedo, reconocido ya por sus estudios sobre el conflicto Estados Unidos-Cuba. En un enjundioso artículo publicado en 2017, sobre la Guerra Cultural contra Cuba, que avanza en paralelo con la agresión económica, Elier revelaba y cito:
“Recientemente se dio a conocer un documento de extraordinaria importancia para comprender las estrategias actuales del gobierno de los Estados Unidos en el campo de la guerra cultural. Se trata del Libro Blanco del comando de operaciones especiales del Ejército de Estados Unidos de marzo de 2015 bajo el título: Apoyo de las Fuerzas de Operaciones Especiales a la Guerra Política”».
Lo que plantea en esencia el Libro Blanco -y así lo explicó el dignatario apoyado en ideas de Elier- es que los Estados Unidos deben retomar la idea acerca de superar la limitante del concepto que establece una diferencia básica entre guerra y paz, en un escenario internacional donde existe un perpetuo ritmo de lucha dentro y fuera de la guerra.
Tal lógica -y así lo explicó el mandatario a los jóvenes- plantea que la guerra es permanente, aunque adopta múltiples facetas y no puede limitarse al uso de los tradicionales recursos militares; que se puede hacer la guerra sin haberla declarado, e incluso hacer la guerra al tiempo que se declara la paz.
«Guerra económica, Guerra Cultural, Guerra Política. No creo que exista mejor forma de sintetizar y definir el complejo y criminal entramado de acciones hostiles contra un pequeño país que sólo aspira a superar los lastres del subdesarrollo, manteniendo su independencia, su soberanía y relaciones de respeto mutuo con su poderoso vecino», denunció Díaz-Canel Bermúdez; y aseveró que jóvenes como Elier y como tantos encontrados continuamente en visitas a provincias e instituciones académicas, tienen en sus manos las más formidables armas de esta batalla por la verdad de Cuba y sonquienes mejor pueden explicar a sus contemporáneos por qué la Revolución, por qué el socialismo, y también por qué el bloqueo.
A los dirigentes juveniles el mandatario les habló sobre el valor de seguir multiplicando saberes; sobre la importancia de la formación integral de los jóvenes; sobre la solidez del conocimiento. Y hacia el final de su intervención expresó:
«Alguien me preguntó en vísperas del Congreso, cómo creo que debe ser la Unión de Jóvenes Comunistas en la actualidad. La respuesta está en todo lo que se ha discutido y consensuado en este congreso. En el magnífico Informe que describe sin paternalismos ni formalidades la complejidad de la sociedad, de la época y de la juventud. Y está, sobre todo, en las energías juveniles que desatan las vanguardias al hacer su propia Revolución todos los días».
Ser vanguardia es ser los primeros en todo; los primeros en hacer y los primeros en exigir que se haga, definió el Jefe de Estado; quien también comentó que una organización juvenil de vanguardia, en Cuba, tiene que llevar consigo los símbolos y la historia que los trajo hasta aquí; pero también tiene el deber ineludible de sumar nuevos capítulos a esa historia y nuevos símbolos a la comunicación con sus bases.
Los que salvaron a la Patria con sus vacunas -resaltó Díaz-Canel-, los que entraron en Zona Roja durante la COVID, los héroes del rescate en el Saratoga o el incendio de Matanzas, los jóvenes profesionales de la Salud que fueron a otros países a salvar vidas durante la pandemia, se ganaron un lugar en la historia del país en estos años de resistencia creativa que nos ha permitido sobrevivir bajo la versión más brutal del bloqueo. Ellos son también nuestros héroes y nuestros nuevos símbolos.
«No veo tarea más inspiradora y desafiante, que proponerse ser dignos herederos del pensamiento y la acción de Fidel, eternamente joven y eternamente rebelde, líder por siempre de la Generación que cambió la historia de Cuba y que aún nos acompaña con su poderoso mensaje de unidad», resaltó el dignatario.
Al concepto de la unidad como arma estratégica, tan bien explicado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz en su discurso por el aniversario 65 de la Revolución dedicó el Presidente cubano una parte de su intervención. Al respecto, dijo que con particular emoción el General de Ejército recordaba, el Primero de Enero de este año, que de Fidel aprendió «la importancia decisiva de la unidad; a no perder la serenidad y la confianza en el triunfo por insalvables que parezcan los obstáculos poderosos de los enemigos o grandes los peligros; a aprender y sacar fuerzas de cada revés hasta transformarlo en victoria».
No olviden nunca esas lecciones, pidió el mandatario a sus interlocutores: «En ellas se encierra la victoriosa historia de 65 años de Revolución socialista a 90 millas del imperio».
«Felicidades al nuevo Buró de la Unión de Jóvenes Comunista selecto. Los desafíos siguen siendo enormes, pero la Revolución cree en los jóvenes».
Una mañana de reflexiones
Al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y a la generación histórica de la Revolución cubana fue dedicada la cita de los jóvenes en la mayor de las Antillas.
«Crea tu felicidad» fue la idea que timbró al XII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), que en la mañana de este jueves, en su sesión plenaria, contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Asimismo acompañaron la jornada juvenil el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; el Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández; los tres, miembros del Buró Político.
Asistieron otros integrantes del Buró Político; así como la Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC, Aylín Álvarez García. Como invitados especiales, se encontraban presentes los Comandantes de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías; y el Comandante del Ejército Rebelde, José Ramón Machado Ventura.
En palabras iniciales de la jornada de este jueves, Aylín Álvarez García destacó cómo a pesar del momento tan complejo que vive Cuba la juventud celebra su fiesta de cumpleaños, «una fecha de todos y para todos». Ese sentir fue punto de partida para que los delegados compartieran diversas reflexiones en torno al liderazgo juvenil, al valor de saber comunicar bien las ideas con las cuales convocar a las nuevas generaciones, y a los más grandes desafíos del presente.
A propósito del papel decisivo que los jóvenes pueden desempeñar en un grupo de procesos que mueven la vida del país, el Presidente Díaz-Canel trajo a colación los pilares de la labor del Partido Comunista y de la Gestión del Gobierno, donde, en su modo de ver, los jóvenes pueden aportar y ser la vanguardia en la concreción de tales ejes.
El Jefe de Estado convocó a buscar soluciones a problemas que atraviesan al país, poque se trata de desafíos que los jóvenes viven y enfrentan como nadie. Recordó la estrategia imperial consistente en la asfixia económica: Qué mejor manera de participar, dijo, que encontrar soluciones con los aportes de la juventud.
De «encuentros de innovación juvenil sistemáticos» habló el dignatario, quien exhortó a los jóvenes a que en ese tipo de jornadas presenten propuestas, porque «esa sería una de las vías a las soluciones, con una participación directa de ustedes».
El gran reto es la continuidad de la Revolución, afirmó un delegado para quien la felicidad es un asunto de todos los días y depende en mucho de los valores que los cubanos sean capaces de cultivar y de fortalecer.
En una segunda intervención -y sobre la batalla económica ante la cual está desafiado el país-, el dignatario expresó que ante el recrudecimiento del bloqueo imperial, ante la inclusión del país caribeño en la lista de quienes supuestamente patrocinan el terrorismo, hay que imponerse con la resistencia creativa, con talento y esfuerzo propios, pues el bloqueo -como razonó el Presidente- no desaparecerá ahora, y esa es una verdad que está muy clara en la intoxicación mediáticaque el enemigo asesta contra la Revolución cubana.
«Para salir adelante con nuestros propios esfuerzos nosotros tenemos que producir, crear nuestras propias riquezas, porque las riquezas que seamos capaces de producir serán las que podamos distribuir», enfatizó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En este punto de las reflexiones, el Jefe de Estado habló sobre los jóvenes desvinculados del estudio y del trabajo; y al respecto propuso un movimiento de concientización para incorporarlos, y dijo a los delegados que las nuevas generaciones están convocadas para una tarea tan importante como esa.
«Creo en ti, Cuba. Es mi elección, es nuestra elección», expresó una joven diplomática en otro momento de la sesión plenaria. Y la voz de otro delegado se sumó al debate para resaltar que los jóvenes tienen que comprarse la pelea en las redes digitales, porque ellos son los más compatibles con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, y es justamente en ese universo donde se está dando la gran batalla de las ideas.
La jornada de congreso resultó propicia para que los delegados aprobasen una Resolución de la juventud cubana en solidaridad con la causa palestina. En el texto, que fue aprobado por unanimidad, se expresa que durante 76 años el pueblo palestino ha sufrido muerte y persecución por culpa del gobierno de Israel; y que desde octubre del 2023 hasta la fecha, más de 12 mil niños han muerto, y esa cifra se incrementa.
Entre otras ideas, la Resolución hace explícito que no se trata de un conflicto entre iguales; y denuncia el apoyo cómplice de Estados Unidos, lo cual solo ha conseguido aumentar el odio. Igualmente se reafirma que los jóvenes cubanos serán consecuentes con Fidel en la permanente defensa de la causa del pueblo palestino.
En otro momento del XII Congreso de la UJC, el Presidente Díaz-Canel, y Roberto Morales Ojeda saludaron a los 15 miembros del Buró Nacional de la Juventud Comunista, elegidos durante el Primer Pleno del nuevo Comité Nacional de la organización (electo por los delegados al cónclave de estas horas).
Meyvis Estévez Echevarría fue electa como nueva Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC, y Dilberto Manuel González García como Segundo Secretario. En la jornada, el Presidente Díaz-Canel hizo entrega de un Reconocimiento a Aylín Álvarez García, quien concluyó su responsabilidad como Primera Secretaria de la organización y asumirá nuevas tareas en el Partido.
Al leer la Declaración de la Juventud cubana, Meyvis Estévez ratificó que la Revolución seguirá siendo una obra de los jóvenes, al tiempo que mantendrá vivo el legado del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.
Somos una juventud que milita, como Fidel, en el bando de los impacientes, de los que siempre insisten para que las cosas se hagan bien, compartió la Primera Secretaria ese espíritu de la Declaración que fue entregada a José Ramón Machado Ventura, quien recibió el texto a nombre del General de Ejército, Raúl Castro Ruz.