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Puerto Carupano: La canasta básica contra viento y marea

Los trabajado­res de la unidad empresarial de base (UEB) Servicios Por­tuarios Carúpano, en Puerto Padre, apuran el despacho del azúcar y otros alimentos de la canasta básica normada.

 

Son duras las faenas diarias de los estibadores. Foto: Jorge Pérez Cruz

Ni los bajos salarios, ni la falta de combustible que afecta el despacho flui­do detienen a un colectivo que conjuga experiencia y juventud, y sabe la impor­tancia de su misión a favor del bienestar del pueblo.

 

Desde el principio…

Según relata Ángel Fon­seca González, director adjunto de la Empresa de Servicios Portuarios Cen­tro-Este a la que está ads­cripta esta unidad, durante el año 2023 el azúcar des­tinada a la canasta básica de las provincias orientales pasó por los hombros de los estibadores de esta instala­ción.

Comenta Fonseca Gon­zález que por una decisión de país este año la unidad fue destinada a atender la demanda de la economía interna, y con esa expe­riencia y la misma voluntad asumen ahora el encargo de recibir por cabotaje y des­pachar los productos de la canasta familiar normada.

Es cierto que el cambio es una respuesta acertada porque ayuda al ahorro de combustible, “ya desde el territorio no es necesario enviar camiones a los puer­tos de Nuevitas (Camagüey) y de Santiago de Cuba para trasladar algunos de esos alimentos, como el azúcar, el chícharo y el frijol”, des­taca el directivo.

 

¿Una solución completa?

Cuenta el director adjunto de la empresa que con ese objetivo reacondicionaron el almacén número cin­co, que era especializado en azúcar a granel, y tiene una capacidad de 10 mil to­neladas para recibir carga general, también crearon otras condiciones para ga­rantizar la entrada por este puerto de embarcaciones de cabotaje –patanas–.

La transformación lle­gó, además, para darle cier­tos “aires de bonanza” a la instalación que languidecía impactada como ninguna por la detención de las ac­tividades de importación y exportación de azúcar, pa­lanquillas… que en otros tiempos la convertía en un sitio de referencia y una co­diciada plaza laboral.

Pero “el cambio del en­cargo nos ha condenado a la saquería, cuya manipu­lación exige mayor esfuerzo físico de los estibadores que los ingresos no compensan”, enfatiza Walter Velázquez Jorge, el director de la UEB, quien confirmó que el sala­rio medio el año pasado fue de 4 mil 40 pesos.

 

La insatisfacción, el éxodo…

Hay otros inconvenientes que le suman peso a la carga de manipular los productos ensacados, “ellos tienen un sistema de pago a destajo colectivo y ganan de acuerdo con los resultados que hoy están muy limitados porque el transporte no garantiza el flujo productivo continuo. Eso es lo que más golpea”, aduce Velázquez Jorge.

También golpea “el éxo­do de la fuerza laboral, por­que muchos trabajadores buscan otros oficios mejor remunerados, incluso con menor esfuerzo físico”, dice Luis Manuel López Batista, tarjador con 28 años de ex­periencia en estos meneste­res.

La plantilla total es de 191 trabajadores y actual­mente solo están ocupadas 119 plazas; y ese es otro de­safío, la tarjadora de buques Daimí Serrano Pupo seña­la que “el salario básico es de 2 mil 400 pesos, y ahora mismo por la falta de perso­nal estamos haciendo hasta tres procesos con las mismas personas: cargamos casillas, y si viene un camión pues cambiamos”.

A todas luces hay algo incoherente que amerita resolver, “no cumplimos la norma que establecen 60 toneladas por proceso, y aunque la suma total de lo realizado sobrepase en mu­cho esa cantidad no cum­plimos, porque el sistema a destajo colectivo determina esa condición y nos retribu­yen por el salario básico”, remarca Serrano Pupo.

 

La satisfacción…

A pesar de esas y otras in­satisfacciones por el dete­rioro del transporte obrero hasta el puerto, distante a unos 12 kilómetros de la ciudad de Puerto Padre; pagos electrónicos sin ga­rantías de cajeros… entre los trabajadores reina la satisfacción por la utilidad de su misión y su confianza en que más temprano que tarde sus reclamos tendrán respuestas.

Así lo asegura el tarja­dor Luis Manuel López Ba­tista, secretario general del buró sindical, y habla del área de autoabastecimien­to en ristre, el alquiler de medios y fuerza calificada a otras entidades como alter­nativas implementadas por las direcciones administra­tiva y sindical, para intro­ducir mejoras en la salud económica de la unidad.

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