En este nuevo recorrido de La Guagua por la Convocatoria al 22 Congreso de la CTC, proponemos abordar las condiciones en que se desarrolla el proceso orgánico durante todo el presente año.
Al contexto referido en anteriores trayectos, se suma:
La contracción de la actividad productiva que provoca escasez en la oferta de bienes y servicios que han generado excesivos precios y provocado un importante deterioro de la capacidad adquisitiva de los salarios y las pensiones, con la consecuente fluctuación laboral de trabajadores de alta calificación profesional.
Tanto la situación expuesta en ese párrafo como en los que le anteceden, contienen alusiones a problemas reales existentes en abrumadoras cantidades que pueden provocar el cansancio, pero para hay que evitar el desánimo y el desaliento.
Se dice fácil, pero llevar a la práctica esos objetivos constituyen harina de otro costal, comparable con la heroicidad de mambises y combatientes rebeldes dispuestos a todo aunque pudieran no ver el triunfo y ofrendaran su sacrificio para el bienestar de otros en el futuro.
Quizás hoy todo sea más difícil que en el pasado, pues no es lo mismo levantar el espíritu al fragor de un combate con armas que forjar el patriotismo sin el soporte de la holgura de recursos, sino en una patria que padece déficit y carencias totales.
El momento es complejo, y se enfrenta con:
La proyección del Gobierno para corregir Distorsiones y Reimpulsar la Economía
Esas proyecciones (Las abordaremos próximamente) deben ser tomadas en cuenta durante el proceso orgánico que culminará en las sesiones finales del 22 Congreso de la CTC en abril de 2025.
Resulta positivo que para legitimar la participación de los afiliados y consolidar el liderazgo sindical no se limiten solamente a reflexionar asuntos generales, sino que debatan profundamente situaciones específicas del radio de acción de la organización de base sindical.
Si dan la mirada crítica y propositiva a la que se refiere la convocatoria emitida por el Secretariado Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba, se consolidará el liderazgo sindical en la representación de los derechos y garantías de los trabajadores.
No será frases repetidas como se logre movilizar a los trabajadores en torno al objetivo de la eficiencia, ni tampoco la ANIR aportará más si no hay un pensamiento colectivo en cada lugar para aplicar medidas concretas.
Y en cuanto al llamado de que en primer lugar hay que asegurar la defensa de la Patria, recordemos el pensamiento martiano contenido en la carta fechada en New York el 16 de mayo de 1886:
La Patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal. Se le sirve, pero no se la toma para servirse de ella.
En resumen: Muy oportuno resulta hoy tener en cuenta la idea expresada por Martí en esa misiva:
A la patria no se le ha de servir por el beneficio que se pueda sacar de ella, sea de gloria o de cualquier otro interés, sino por el placer desinteresado de serle útil.
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