Cada mañana, María de los Ángeles Guirola Pérez se las ingenia para llegar puntualmente desde el municipio capitalino de Playa al reparto Eléctrico, en Arroyo Naranjo. “Es que siempre viví en Mantilla, pero me enamoré y hace como 12 años, me mudé. Aunque me han ofrecido otras opciones, no he querido dejar a mi colectivo”.
Para la administradora de la oficina comercial Eléctrico, perteneciente a la Organización Básica Eléctrica (OBE) Arroyo Naranjo, esta es la otra familia, con la cual ha compartido momentos hermosos y también difíciles.
Al recordar su niñez, cuenta que de pequeña era muy activa. “Me gustaba participar en todos los matutinos, lo mismo recitaba que actuaba. También quería ser monitora, en particular, de Matemáticas. No me seleccionaban para jefa porque era muy habladora”, rememora.
Al concluir los estudios en la Secundaria Básica Rafael Secundaria Básica Rafael Carini, comenzó a estudiar técnico medio en Economía, en el Instituto Politécnico Armando Mestre. “Me embullé con una amiga mía y nos graduamos juntas”.
Muy joven comenzó su vida laboral en una empresa constructora del Ministerio del Interior, en su municipio de residencia. “Allí aprendí mucho y me sentí muy bien. Permanecí 25 años, y hubiera estado toda la vida laboral, pero mi madre se enfermó y tuve que pedir licencia. Mamá no mejoró y tuve que pedir la baja”.
Otra oportunidad
En la sucursal de La Palma, en Arroyo Naranjo, encontraría otra oportunidad para su desempeño laboral. “En una ocasión, una compañera que tenía la niña enferma, pidió licencia y me pusieron en la atención al cliente. Atendí a muchas personas, a todo el mundo le daba explicaciones y descubrí que me gustaba interactuar con el público”.
Finalmente, María de los Ángeles quedó en ese puesto. “Durante cinco años tuve muy buenos resultados, bajaron las reclamaciones. En una oportunidad, una cliente se quejó al administrador de que yo no le había dado la respuesta correcta. Mi jefe tomó la decisión de ponerme a trabajar durante un mes en la Ventanilla, algo que sabía, no me agradaba.
“Consideré que fue injusto conmigo. Nunca había recibido una sanción. Puede que ese día yo haya cometido un error y le di a la compañera un tratamiento que no era correcto, pero uno no tiene todos los días igual. Lo cierto es que con el cliente debemos mantener siempre la calma.
“Y estando en la ventanilla fue que Idalmis Marrero Sánchez, la antigua administradora de esta oficina, me propuso venir para aquí a desempeñarme como supervisora, la atención al cliente y la verificación. Lo acepté y no me arrepiento. Llevó aquí como 12 años. Esta sucursal es pequeña, en aquel entonces eran unos seis mil clientes, hoy son cerca de siete mil.
“A mí las fechas se me olvidan, sin embargo, me sé la ruta y folio de un usuario. Cuando alguno viene, le digo, tú eres de tal edificio…mis compañeras me dicen que tengo un disco duro en la cabeza con toda esa información.
Cuenta que cuando Idalmis pidió la baja, le propuso quedarse al frente de la unidad. “Lo pensé, yo no tenía experiencia ni método de dirección. Pero me encanta la planificación porque cualquier trabajo para que salga bien se basa en eso, así como en el control.
“Idalmis logró que fuéramos la primera sucursal en La Habana en lograr el 100 por ciento del cobro de todos sus clientes en el año, y lo hemos mantenido.
“Aquí no hay un día ni una hora específica para atender a las personas, se recibe a todos en cualquier momento. La oficina no se detiene. Si la que le corresponde atenderlos está almorzando, la sustituye otra”, acota.
Nuevos retos
La llegada de la Covid-19 impuso desafíos a toda la nación. “La pandemia hizo grande a los eléctricos, nos crecimos ante las dificultades. Aquí se adoptaron las medidas de protección y no hubo un enfermo, no obstante, interactuar con los clientes y el dinero”.
“Hubo un año en que nos propusimos concluir el cobro de todos los consumidores antes del 31 de diciembre, para que los trabajadores pudieran compartir con sus familias. Y así se hizo, desde entonces, lo hemos establecido. En esa ocasión fuimos estimulados y otras sucursales también se propusieron lograr esa meta”, añade.
La directiva considera la bancarización como una oportunidad para la empresa, pues todo es más ágil y seguro. “Ya el cobrador no tiene que andar por la calle con esa cantidad de dinero, ni quedan aquí tantos billetes guardados, porque, aunque existe una caja fuerte, era un riesgo. No obstante, muchas personas siguen viendo a la oficina como el lugar donde siempre han pagado la electricidad”.
Manifestó que las personas tienen también la opción de pagar en el Banco y aquí existe uno. “Para muchos ancianos ha sido más difícil. Algunos tienen teléfono y no saben emplear la aplicación.
“En todos los casos están identificadas los considerados vulnerables y, hasta ahora, se auxilian de familiares o vecinos para efectuar el pago. Desde que comenzó ese proceso, hicimos un plan de visitas a las familias de la comunidad a fin de explicarles el nuevo método e incluso y cómo acceder a las vías del pago de la electricidad.
“Hay quien llega hasta aquí y les volvemos a repetir. Hoy mismo vino una mujer y me dijo que ella no podía hacer el pago de la factura por Transfermóvil. Le propuse probar de nuevo y lo logró. Le recomendé que hiciera la operación por la noche, pues hay más acceso a la conexión”, dijo.
Con orgullo, María de los Ángeles muestra el diploma recibido recientemente por haber sido la mejor oficina comercial (categoría tres) durante el año 2023 en empresa eléctrica de La Habana. “Este es un premio para todo el colectivo”, subrayó.
Al paso de los años, agradece haber encontrado la oportunidad de hacer un trabajo que le da placer. “Definitivamente, me encanta interactuar con los clientes. Por eso, en mi sucursal no espera nadie”, concluyó.