La tranquilidad reinante cuando llegamos a los almacenes de la unidad empresarial de base (UEB) Mayorista 639 del municipio de Las Tunas era el resultado de varios días, incluidas sus noches y madrugadas, de esfuerzos colosales en el trasiego desde el Puerto de Nuevitas, provincia de Camagüey, recepción y distribución de productos de la canasta básica correspondiente a febrero, un mes que casi termina.
A pesar de las rudas exigencias de estas jornadas, el joven Adrián Reyes Zamora estaba firme en su puesto de despachador, y nos dijo: “En mis seis años de trabajo aquí no había tenido una experiencia así. En la vida real sabemos el horario de entrada al trabajo, pero no la hora de salida. Aquí estamos siempre que haga falta”, afirmó con una decisión que denota las cruentas faenas y la actitud colectiva, que respalda, también, los esfuerzos del Estado para garantizar esos alimentos básicos en la dieta del pueblo.
“Así fueron viernes, sábado y domingo”, ratificó Yunier Batista Jiménez, director de la Empresa Mayorista de Productos y otros Bienes de Consumo Las Tunas, quien destacó el espíritu que reina en los colectivos laborales de los ocho municipios, “en todos se está trabajando prácticamente sin descanso para agilizar las entregas.
Batista Jiménez explicó que así están actuando los más de 400 trabajadores de la entidad, de los cuales el 80% está directamente vinculado con la recepción y la distribución, procesos que en este período está alterado por la difícil situación financiera que vive el país y las serias limitaciones con los combustibles.
Detalló que los consejos de dirección de la entidad están activados y en estrecha coordinación con los gobiernos de la provincia y de sus localidades buscan alternativas para vencer esos obstáculos, como la contratación de medios de transporte alternativo utilizados para hacer llegar a las bodegas los productos que van llegando.
“Estamos utilizando en este servicio a muchísimos organismos estatales y a transportistas privados con el objetivo de que las mercancías fluyan sin dilatación hacia su destino final: las bodegas y agilizar sus entregas a los consumidores”, afirmó Batista Jiménez.
Y es que el arribo fraccionado de los productos impone desafíos, es muy retador y complica sobremanera el accionar del sistema tradicional de recepción y distribución, por lo que, por ejemplo, los estibadores descargan los arribos que llegan a los almacenes a cualquier hora, cargan los equipos y van hasta las tiendas donde cierran el despacho.
Exaltó cómo asumen esta gran responsabilidad y mencionó las distribuciones de productos como la leche en polvo para niños de cero a seis meses, y otras dietas especiales de menor cuantía las han llevado en bicicleta hasta las tiendas.
A esta hora, con ese mismo espíritu, continúan laborando para completar las siete libras de arroz, el frijol y el chícharo correspondientes a febrero en todos los territorios de la provincia.
Recorrí el amplio enclave acompañado, además, por Idania Gamboa Góngora, secretaria del Sindicato del Comercio, la Gastronomía y los Servicios, organización que acompaña y sigue de cerca la proeza laboral casi cotidiana de sus afiliados en esta sensible actividad.
