Los patriotas cubanos que al grito de Independencia o Muerte tomaron las armas el 10 de octubre de 1868 enarbolaron como insignia de lucha una bandera cuyo diseño era similar a la de Chile y sólo se diferenciaba por la ubicación de los colores rojo y azul.
Precisamente entre los revolucionarios de ambos pueblos existía por entonces reciprocas corrientes de solidaridad. Aquel estandarte de la nación suramericana inspiró a los insurrectos en la Isla cuando iniciaron el movimiento de liberación nacional liderado por el abogado Carlos Manuel de Céspedes –el Padre de la Patria- al que Cuba recuerda este 27 de febrero en el aniversario 150 de su caída en desigual combate contra fuerzas españolas en la finca San Lorenzo, en la región oriental del país.
Durante los preparativos del alzamiento armado, Céspedes redactaba su proclama al mundo para exponer las razones del levantamiento y, a su vez, concebía junto a sus compatriotas un boceto de la bandera que empuñarían en la histórica epopeya iniciada en el ingenio La Demajagua, cerca del poblado de Yara, en la actual provincia de Granma.
Ellos conocían que en 1850 el general venezolano Narciso López, el poeta cubano Miguel Teurbe Tolón y otros revolucionarios trajeron a la Isla en una expedición para combatir al poderío español una bandera —la actual de Cuba—, identificada por una estrella solitaria en el centro de un triángulo rojo, tres franjas azules y dos blancas, sin embargo no había una idea exacta del diseño.
Según relata Carlos Manuel de Céspedes (hijo) en su libro titulado «Las banderas de Yara y Bayamo», publicado en París, en 1929, «para resolver la dificultad e inspirándose en la bandera de Chile, Céspedes imaginó una bandera nueva, que luciendo los mismos colores y forma de la de Carreras y O’Higgins se diferenciase de ésta en la disposición de aquellos.»
«Aunque la república hermana —explica el autor- había ofrecido a los conspiradores cubanos su bandera para los buques que pudieran armar en corso, y existiese el precedente de que las repúblicas de Colombia, Venezuela y Ecuador tienen una misma bandera gualda, azul y rojo (…) debió parecerle a Céspedes susceptible de provocar confusión, como efectivamente resulta a veces con aquellas otras, el adoptar la enseña chilena misma para su levantamiento y tomando un lápiz creó la bandera de La Demajagua.»
Fue así como el rojo y el blanco ocuparon en forma de cuadrilátero la porción superior, mientras un rectángulo azul quedaba extendido en la parte inferior. Una estrella blanca de cinco puntas quedó al centro del cuadro rojo.
Aquel pabellón fue confeccionado por una humilde muchacha campesina: Candelaria Acosta (Cambula), y que días después hizo ondear en la toma de la ciudad de Bayamo, el 20 de octubre de 1868, otra joven criolla, Candelaria Figueredo, hija del autor del Himno Nacional de Cuba, Perucho Figueredo.
La Asamblea de Guáimaro, el 10 de abril de 1869, la cual redactó la primera Constitución cubana, acordó que la bandera de La Demajagua presidiera siempre las sesiones de la Cámara de Representantes.
Fiel a lo dispuesto por los patriotas cubanos en armas, la Asamblea Nacional del Poder Popular nacida en 1976 ostenta desde entonces en sus sesiones el estandarte ideado por Céspedes, junto a la del triángulo rojo y la estrella solitaria.