Cincuenta y dos años después de la última victoria frente a Estados Unidos, la selección masculina cubana de baloncesto hizo el milagro este domingo tras doblegar a la escuadra norteña 81 cartones por 67 en el Coliseo de la ciudad deportiva habanera.
Los antillanos ya habían avisado el pasado día 22 en suelo norteamericano, con solo siete hombres, lo que podria podría pasar en La Habana con la nómina completa. Algunos simplemente se negaron a creer, hasta que se montaron en el carro halado por Pedro Bombino y Jasiel Rivero, quienes con 7 puntos cada uno, comandaron al equipo en un primer cuarto que ganaron 26-10.
Estados Unidos trató de encontrar su lugar en el segundo parcial, pero perdía la lucha en la pintura y no encontraba la manera de hacer daño desde el perímetro, debido a la intensa labor defensiva y la disciplina de un quinteto rival que se mantenía sólido pese a las rotaciones. Lograron recortar distancias, no obstante, Cuba se fue con ventaja de nueve al descanso (41-32).
Para ese momento la efectividad en libres de los pupilos de Planas era de un 85%, mientras que los norteamericanos aún no anotaban su primera canasta de tres puntos. Al desparpajo de Rivero y Bombino también se sumaban Tito Casero y Marcos Chacón, quienes llegaron igualmente a siete cartones y manejaron con efectividad el juego de su escuadra mientras no jugaba Reynaldo García.
Aún faltaban por vencer los fantasmas de los históricos terceros cuartos desastrosos y las malas noches en el Coliseo. El remedio fue un cuarto en el que Cuba ganó 31-20 y le sacó nada menos que 20 puntos a un conjunto que tenía figuras como los ex NBA Jordan Bell y Elfrid Peyton Jr. Con Bombino omnipresente en defensa y ataque, anotando por el tablero y luchando en la zona pintada.
El juego tuvo de todo, discusión, expulsiones de Marlon Díaz y Peyton y un Onel Planas que arengaba a los jugadores y pedía el apoyo de la grada.
Para el último parcial Cuba salió como un equipo confiado, sin complejos, con un Reynaldo García que mostró su mejor versión en el partido y supo controlar los tiempos. Estados Unidos ganó el cuarto, pero solo pudo anotar 15 puntos y los jugadores de la Mayor de las Antillas pudieron celebrar su victoria de 81-67 cuando todavía no sonaba la chicharra.
Aplausos, sonrisas, manos al cielo y alguna que otra lágrima se dejaron ver en el coliseo, testigo de un partido histórico, del rendimiento soberbio de Pedro Bombino (19 puntos y cinco rebotes), de una de las mejores noches de Jasiel Rivero que rozó el doble-doble con 11 puntos y nueve rebotes, de un conjunto con sus mejores exponentes sin importar su procedencia o su pasado, del regreso de Reynaldo y el debut de Howard Sant Roos con su selección a los 33 años.
Cuba sacó licencia para soñar y deja en las huellas de su historia una presentación para no olvidar jamás.
Planas tiene la palabra: «Ha sido histórico»
En declaraciones a la prensa luego del partido el técnico cubano, que solo lleva unos meses en el cargo, analizó el desafío y destacó la labor de sus jugadores.
«Ha sido histórico. Muchos no creyeron en mí, pero trabajando y haciéndoles creer a los muchachos. Con insistencia en el físico, miren el resultado, aguantaron el partido y las rotaciones nos dieron mucho , así como la efectividad de los tiros libres y la defensa, que fueron claves.
«Estamos muy contentos, ahora vamos contra Puerto Rico y Bahamas, pero la meta era Estados Unidos, les ganamos y podíamos haber tenido dos victorias pero bueno Dios lo quiso así», inició Planas, que destacó el compromiso de Reynaldo García y Howard Sant Roos, este último con un gran impacto defensivo.
«Tiene un oficio (Howard) y una disposición muy grande. Aquí hay que creer en los hombres. Y esa es la posición de nosotros», aseveró.
El trabajo de Bombino…
«No lo dejamos porque cometió dos fouls en el primer tiempo, pero luego fue tremendo, se ganó su posición, ahora no hay de otra, nosotros dejamos bien claro, que para tumbar a los cinco titulares habia que hacerlo mejor que ellos y él lo consiguió».
Evidentemente se vio que todos los jugadores del plantel tuvieron un buen papel en la cancha. Cuando se incorporen Karel y Mencía podría ser un bendito dolor de cabeza para usted…
«No creo que sea un dolor de cabeza, pues no en los nombres. A partir de ahora el que venga va a trabajar con la forma que nosotros tenemos y exigimos desde lo psicológico, desde el juego colectivo, de seleccionar los tiros correctamente, de dársela al compañero mejor posicionado para encestar, de la disciplina… Mi filosofía es disciplina extrema y exigencia máxima.
«Hay atletas que llegaron antier y ya es arriba de ellos. La victoria nos dice cual es el camino y siempre vamos a dar una mirada crítica a todo lo que hemos hecho en esta siete u ocho semanas. Una mirada crítica que es lo que debemos mantener y a lo que tenemos que cambiar», concluyó.
