El grupo empresarial Azcuba tiene algo más de una veintena de centrales en operaciones a lo largo y ancho del país. La zafra es corta y tensa por las limitaciones materiales. Su dulzor dependerá de la eficiencia agroindustrial para asegurar la distribución del vital alimento como lo necesita la economía, las instituciones, la familia, toda la sociedad.
Una muestra de los resultados de la contienda en parte de su período óptimo corrobora los sinsabores del azúcar. Del 2 al 8 del presente mes la norma potencial de molida se comportó al 23.50 % y el plan de producción al 26.49 %, debido al bajo rendimiento industrial de 6.58 y 65.83 % de aprovechamiento del rendimiento potencial de la caña procesada en las plantas moledoras, entre otras causas.
En esa etapa nada más cumplió la provincia de Cienfuegos. Su insigne ingenio 14 de Julio fue el primero de la nación en centrifugar la cantidad planificada del dulce producto para la actual temporada.
Vamos al grano
Ahora no arden tanto, como el año pasado, los cañaverales en Ciego de Ávila, ni prende con fuerza la estrategia de zafra. Los centrales Primero de Enero y Enrique Varona no están programados para la molienda en la actual temporada; el Ciro Redondo clama arrancar, pero vuelve a infartar su corazón energético, la aledaña bioeléctrica. El Ecuador guapea solito para meter en cintura la eficiencia y seguir aportándole a la canasta básica y la reserva estatal.
A pesar de la osadía de los protagonistas, persisten las inquietudes del colectivo de ese central-refinería que alcanzó el Premio Nacional Álvaro Reinoso a la Excelencia Técnica en 2013 y fue el cuarto del país en cumplir el plan de la zafra 2022-2023, con más de 14 mil toneladas, volumen reducido a 8 mil 340 en la actualidad.
Siempre los azucareros han enfrentado disímiles obstáculos. Sin embargo, Bárbaro Febles Santana, obrero del taller de maquinado con casi 50 años en el sector, considera que “hoy se trata de meterle más el bolsillo que el hombro a la situación. Por ejemplo, el módulo de trabajo cuesta como mil 317 pesos, compré el pantalón y los zapatos, no me alcanzó el dinero para la camisa. Otro fenómeno sucede en el quiosco del ingenio, ya que una hamburguesa vale 75.00 pesos, un pan con jamonada 44.00, con pasta 33.00 y con tomate 21.00, un vaso de refresco coracán 10.00…”.
Por otro lado, Jorge Freyre, mecánico y tornero, argumenta que “escasean los útiles de corte y las barrenas, el techo necesita una canal porque se mojan varios equipos, hay poca iluminación en nuestro puesto de trabajo”. Ramón Caballero González, jefe del área, continúa enumerando las dificultades: “Faltan cuchillas, brocas, machos, material para fabricar piezas de repuesto. Incluso, si no nos incorporan jóvenes para enseñarlos, no habrá torneros a la vuelta de dos años”.
Preocupado también con la preparación del personal está Yovany Cubas Lorenzo, jefe de turno integral. “Técnicos azucareros quedamos pocos, hemos perdido casi toda la fuerza laboral calificada, muchos se han jubilado, no tenemos un local para la formación de los jóvenes, la insuficiente capacitación incide en las malas operaciones que tanto nos golpean”.
Esa es una de las brechas por las cuales el tiempo perdido sobrepasó el 27 % y el rendimiento industrial fue de 4.90, índices que limitaron la fabricación del dulce grano a unas 2 mil 400 toneladas en 28 jornadas, cuando Trabajadores se vistió de zafrero.
Al respecto, Yurkiel Reyes Ríos, administrador del ingenio, afirma que roturas e interrupciones han incidido, pero predominan los errores operacionales en áreas claves como las de fabricación, purificación y evaporización, donde se concentra el mayor déficit de trabajadores.
Algo inusual deviene hecho extraordinario allí: “No hemos podido producir azúcar refino”, señala Yurkiel y argumenta que “debido a las deficiencias en el proceso fabril, no logramos acumular bagazo en este tiempo marcado por la falta de combustible, pero intensificamos acciones en el empeño por estabilizar la eficiencia y cumplir el plan”.
Considera el directivo que ha mejorado la estabilidad del suministro de la materia prima a la industria. Reafirma tal criterio Hanoy Aragón Calderón, jefe del pelotón de combinadas Case 8001 B, que “con la caña disponible podemos cumplir la tarea diaria”. En tanto, Oriol Páez Cárdenas, computador, subraya: “Con más de 13 años de explotación nuestras cosechadoras responden, incluso, en jornadas nocturnas y también los camiones”.
Más de un trienio de incertidumbre
Mientras en el sureste hay ajetreo, en el centro de la provincia avileña otra vez reina la incertidumbre. Desde que la “paja” en el ojo del central Ciro Redondo no voló de los cañaverales, sino de su vecina bioeléctrica, la más moderna fábrica de azúcar de Cuba vive afligida, clama hoy romper la inercia y cristalizar miles de toneladas como hace más de un trienio.
Cierto es que millones de dólares se han ahorrado por concepto de generación de electricidad con biomasa cañera y de marabú. Conocidos también son los problemas tecnológicos de la planta energética desde su puesta en marcha en enero de 2020. Averías en las calderas y roturas de las máquinas cosechadoras de marabú, junto a las demoras en el suministro de piezas y agregados para reactivarlas, han paralizado ambas industrias en múltiples ocasiones.
Tal como en 2023, la arrancada imprecisa se repite a las puertas de marzo venidero. Al cierre de este reportaje se esperaba por los resultados de las pruebas, primero se realizó el filtrado y análisis de laboratorio del aceite utilizado en el sistema de lubricación, luego la solución de las vibraciones en el rotor del generador y otros ajustes, declaró a la prensa Ariel Díaz Román, director de la bioeléctrica.
Vale recordar lo que se publicara recientemente. Esto es enterrar el dinero del país en una inversión que no ha tenido rendimiento, ha habido problemas de estrategia, una tecnología como esta se conoce y no era para que diera tanta guerra. En estos términos se hablaba en la visita al centro de energía renovable por parte de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República de Cuba, quien insistía en la necesidad de que funcionara el Ciro Redondo.
“¡Ahora, sí se pudo!”, añoran responderle al mandatario los trabajadores del llamado Coloso del Centro. Saben que el clima se comporta bondadoso, la zafra es corta y ellos no quieren adjudicarse otro fracaso, después de varias contiendas consecutivas sin cumplir el plan que asciende a poco más de 34 mil toneladas, uno de los más altos del país en la actualidad.
Asume en solitario el Ecuador el encargo estatal de la entrega de azúcar crudo para los más de 400 mil consumidores, en 491 bodegas de la provincia de Ciego de Ávila, de acuerdo con una información de la Empresa Mayorista de Productos Alimenticios.
Así y todo, subsisten la ausencia de la emulación, el casi nulo funcionamiento del sindicato, los altos precios contra el salario básico pagado, las añejas quejas no solo de los torneros y otras impurezas por purgar en el avileño central-refinería.
Si el trabajador es el principal recurso de la economía y, colocarlo como centro constituye prioridad para Azcuba, hay averías en lo que debe ser el eje central de la agroindustria azucarera.