Justo cuando se celebró este domingo el Día del Instructor de Arte, concluyó en todo el país una jornada de encuentros, presentaciones y conferencias que resaltaron la función de esos profesionales en el entramado cultural cubano.
Organizadas por la Brigada de Instructores de Arte José Martí, las actividades llegaron a comunidades, centros docentes, Casas de Cultura y centros de trabajo en todas las provincias cubanas.
Pero más allá de la celebración puntual, la labor de los instructores se concreta cotidianamente como parte de la enseñanza general, en los espacios para la promoción del arte en las instituciones locales, o en la programación cultural de cada territorio.
Estos profesionales integran el sistema que articula la política cultural de la nación. Son, de hecho, el primer eslabón de esa estructura general.
Por estos días han sido reconocidos miembros destacados de la Brigada y a instructores de las primeras promociones que siguen trabajando en las Casas de Cultura.
El trabajo con el sistema institucional de la cultura, la Unión de Jóvenes Comunistas, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura y los centros docentes ha garantizado la integralidad de una propuesta, acorde con las ideas del principal animador de esta idea, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Que el arte llegue a todas partes, que todos puedan acceder a ese patrimonio desde las primeras edades. Ese sigue siendo el empeño