Hasta el 14 de febrero condujo por la ruta de la vida este enamorado del timón, que demostró desde su guagua la belleza de entregarse a lo que se quiere, y de hacer el bien
Todo lo que hizo siempre fue manejar. Ahí, desde el timón, aprendió la belleza de querer lo que se hace, y así se condujo por la vida hasta la noche del 14 de febrero, la parada final del Héroe del Trabajo de la República de Cuba Ricardo García Acosta.
Condecorado con la Estrella de Oro en el año 2018, un profundo dolor ha dejado el deceso del afiliado del Sindicato de Trabajadores de Transporte y Puertos, que durante más de 40 años conservó el ómnibus Girón entregado por el Comandante en Jefe Fidel Castro al centro que fuera iniciador del sistema de escuelas en el campo, en el matancero municipio de Jagüey Grande.
“El buen chofer se enamora de su carro, le duele hasta que lo arañen o lo ensucien”, declaró hace un tiempo a Trabajadores, el ejemplar obrero, que cuidaba su medio de transporte como si fuera la niña de sus ojos.
Mañy, como cariñosamente le decían a Ricardo, atesoraba como una joya su inesperado encuentro con Fidel. Aquel día dos equipos de pelota jugaban en el reparto Dupont, específicamente, en la calle 38 y 1ra Avenida, en Varadero: uno de estos estaba integrado por combatientes del Ministerio del Interior (MININT) y trabajadores del Aeropuerto; el otro, por integrantes de las Tropas Guardafronteras.
A Ricardo le tocó el MININT. “De pronto vimos aparecer varios carros Alfa Romeo. De uno de ellos se bajó el Comandante en Jefe. Todos nos sorprendimos. Él se acercó y nos preguntó de dónde éramos. Le explicamos y dijo que quería jugar con nosotros. Preguntó en qué equipo podía, y le expresamos que eligiera. Decidió por el de Guardafronteras.
“Yo era el lanzador. Antes de comenzar los pitcheos, uno de los miembros de la escolta de Fidel se me acercó y expresó bajito: ‘Cuidado, no le vayas a dar un golpe al Jefe’. Yo le respondí: No se preocupe. Por supuesto, me puse un poco nervioso, pero todo salió bien.”
Mañy relató que al término del partido, Fidel les preguntó por qué todos tenían camisas diferentes. Les prometió enviarles uniformes. “A la semana, ya los teníamos aquí. Él siempre cumplía…”.
Como dato curioso, hay que decir que Ricardo manejó su guagua hasta el 2018, cuando recibió un nuevo ómnibus, marca Diana, en reconocimiento a su labor. En aquel momento, a pesar de la nueva técnica, calificó de muy difícil el cambio, era para él como si abandonara un viejo amor.
“Ha muerto el hombre, el Héroe del Trabajo de la República de Cuba vivirá siempre», expresó tras conocer la triste noticia Osmar Ramírez, secretario general del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba en Matanzas.
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