La máxima de convertirse de empresa que pide a empresa que aporta, se ha establecido en una filosofía de trabajo en todas las organizaciones del Grupo Empresarial de la Industria Química (GEIQ).
Así lo valoraron en las intervenciones en la reunión de balance anual de trabajo, donde sobre la base de una mirada hacia lo interno, consideraron que resulta preciso obrar con la celeridad, capacidad y disposición creadora que requiere el difícil contexto actual de la economía nacional.
¿Qué implica o significa llevar a vías de hecho ese concepto?. Del intercambio de criterios y experiencias en la reunión trascendió la importancia de evolucionar rápido y bien por parte de los cuadros de dirección, pensar y actuar con visión perspectiva en la transformación de la gestión empresarial, observar de manera sistemática lo que demandan la economía y el país, así como ofrecer propuestas de soluciones a los problemas.
En el enfoque y el quehacer debe estar, igualmente, el concepto de depender menos del presupuesto central, tener claro proyectos de negocios orientados a lograr autonomía financiera y productiva, fortalecer a la empresa estatal como actor principal de la economía, favorecer su desarrollo y sostenibilidad, indicó Eloy Álvarez Martínez, ministro de Industrias,
“En el lenguaje de todos nosotros –subrayó- está en cómo lograrlo, transitar por ese camino y preguntarnos qué más podemos hacer”.
Instó a colocar las exportaciones en el centro de la máxima atención y prioridad del sector, identificar permanentemente posibles mercados para los renglones que tenemos y cambiar la mentalidad de importadores.
Hubo énfasis en darle un vuelco a la actividad de los programas de mantenimiento industrial, un asunto analizado críticamente y que en el 2023 se caracterizó por el trabajo contra avería y no predictivo. “En muchas ocasiones se ejecutó sin contar con los materiales y recursos asegurados,” según plantea el informe presentado por Carlos Pavón Carbonel, presidente del GEIQ.
En la etapa gravitaron dificultades con la adquisición de materias por no disponer del financiamiento necesario para ese fin, así como roturas tecnológicas en algunas plantas lo cual repercutió en el incumplimiento de algunos renglones.
No obstante, se garantizó el oxígeno medicinal e industrial y demás gases industriales, los elementos químicos para la potabilización del agua, cloro, hipoclorito de sodio y alúmina, los utilizados en la generación de electricidad, (sosa cáustica, ácido sulfúrico y alúmina), fundamentalmente y la Empresa Electroquímica de Sagua, en Villa Clara mantuvo estabilidad productiva.
Iguales resultados hubo en cuanto a las bolsas para el envasado de cemento (Programa de la Viviendas), se proporcionó el papel requerido para la salud a pesar de la contingencia energética y falta de materia prima (recorte de papel) y fue asegurada la cartulina para las libretas escolares y de abastecimiento.
La implementación de la economía circular muestra avances entre los que sobresalen el uso del cieno como plaguicida y para la producción de pinturas y la reutilización del vidrio roto, entre otros.
En el sistema empresarial ninguna de las empresas del Grupo cerró con pérdidas y solo una no tiene certificada su contabilidad.
